Esa observación del señor Mascaró mencionada al final es la madre del cordero. Toda reflexión económica debería estar presidida por consideración tan elemental como soslayada de hecho. Pero, efectivamente, parece que entendemos el proceso al revés. Pretendemos solucionar la pobreza, no produciendo más, sino inundando el sistema de papeles.
En realidad, no se trata de mera locura o estupidez. Se trata de robo bien consciente. Se trata de expoliar a los ahorradores mediante inflación para invertir a bajo coste; es decir, como los austeros acumuladores son precavidos e interesados en exceso, despojémosles, para bien general, de su sacrificio y esfuerzo. Puro socialismo ladrón de siempre.
El problema es que el robo no funciona. Algunos se sorprenden mucho de la perogrullada, pero no debe serlo tanto cuando el robo y la mentira se enseñorea en el mundo.
En este caso, la inflación induce terribles errores de inversión. Los empresarios confunden coyunturales incrementos de negocio con rentabilidad; se emprenden proyectos disparatados o mal calculados; se desata una euforia suicida generadora de todo tipo de burbujas e insensatez. Y cuando el rollo se corta porque no hay pastel para todos, los lumbreras keynesianos aconsejan subir sueldos para gastar más y trabajar menos para dar confianza a los espíritus animales, tócate las narices.
Con remedios así, para qué necesitamos enfermedades. Lo entiende hasta un niño de cuatro años, pero con los políticos hemos topado. Lo gracioso del caso es que el animal termina por aprender. Ahora va a dar igual que inyecten liquidez o no, a otro perro con ese hueso. Hace falta ser muy tonto para cambiar escasos productos reales por papelitos desacreditados.
Excelente artículo, don Jorge.
Imagino el dinero como un fluido transmitiendo información por una tubería. Los bancos servirían de reguladores o acumuladores, etc. La imagen de la burbuja se visualiza comunmente como vaciedad pronta a estallar y desvanecerse, yo la veo más como información falsa, burbujas de aire que obstaculizan el flujo de información en ese circuito. Las inyecta el Estado para bombear a su favor esa riqueza real que circula por el sistema, pero acaban deteniendo el flujo. Quien tenga una intuición física de las cosas lo entenderá: un fluido incomprensible transmite la información, uno con burbujas no, las bombas o se detienen o se recalientan y queman al trabajar en vacío, se generan "golpes de ariete" que estremecen las tuberías, aparecen burbujas por sub-presión de vapor en todas partes (no sólo donde el Estado inyectó aire), los "acumuladores" o "depósitos" se vacían, revientan o implosionan, etc. Y mientras, las máquinas de la economía real, antes movidas por ese flujo, se detienen o encarecen su trabajo en esa inflación. Al final, por las tuberías sólo circula ya aire, y el poco fluido que servía de símbolo de riqueza se detiene en los recovecos, acaparado sin beneficio, pues ya no mueve nada en el sistema.
Un saludo
¿Que quiere decir Valín cuando afirma "que todo el dinero ocioso ha visto una oportunidad de multiplicarse con lo que ha entrado apresuradamente en renta variable, en las divisas y materias primas"? ¿qué las materias primas, como el oro o plata, están sobrevaloradas? ¿Pueden caer estas y las bolsas si la renta fija suben los intereses?
No entiendo, por qué la renta variable crece por el dinero inyectado de los bancos centrales. Según explicas, los bancos cogen el dinero inyectado y lo vuelven a llevar a los bancos centrales como depósitos. ¿Alguien me lo quiere explicar?