La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha revisado al alza el rating a largo plazo de la deuda de Australia, que pasa de "AA+" a "AAA", la máxima nota de solvencia posible, con perspectiva estable como consecuencia del bajo nivel de deuda pública del país que otorga a las autoridades australianas el margen necesario para aplicar fuertes medidas fiscales y monetarias para compensar los efectos de los ciclos económicos.
"La nota "AAA" de Australia refleja la fortaleza de sus fundamentales crediticios, incluyendo una economía de alto valor añadido, así como la fortaleza de sus instituciones sociales y políticas, y la flexibilidad de sus políticas", destacó Art Woo, responsable del grupo de calificaciones soberanas de Fitch para Asia.
En este sentido, el analista subrayó el impacto positivo de combinar un bajo nivel de deuda pública y un objetivo de inflación creíble, así como un mercado laboral y comercial liberalizado, que proporcionan a las autoridades australianas la flexibilidad suficiente para adoptar medidas contracíclicas de índole fiscal y monetaria tanto en los periodos de alza como de caída de la economía, lo que ha ayudado al país a capear gran parte de las sacudidas externas en las últimas décadas.
La deuda pública de Australia se sitúa en el 26,3% del PIB, en contraste con la media del 55,7% de los países con triple A en 2010, lo que dota al país oceánico del margen fiscal necesario para afrontar cualquier evento negativo. Asimismo, el Gobierno feceral australiano ha reiterado su compromiso con devolver las cuentas del país a una situación de superávit en el ejercicio fiscal 2012/13, aunque el deterioro de las condiciones económicas a nivel global podrían demorar este objetivo.
Sin embargo, Fitch apunta que las finanzas externas de Australia se encuentran en peor situación que la media de los países con la máxima nota de solvencia, con una deuda neta externa del 53,2% del PIB en 2010 y un considerable déficit por cuenta corriente, lo que hace a Australia relativamente sensible a dificultades en la fiannciación exterior.
De hecho, el sistema bancario australiano, que ha sido y todavía es muy dependiente del exterior, experimentó dificultades para acceder al mercado mayorista de financiación entre 2008 y 2009. No obstante, las entidades australianas han reducido desde entonces su dependencia de la financiación a través de deuda a corto plazo.
Por otro lado, la agencia destaca que el reciente 'boom' en el precio de las materias primas ha contribuido a que Australia mantenga saludables niveles de crecimiento económico a pesar de la crisis financiera global. Así, la media de crecimiento de los cinco últimos años alcanzó en 2010 el 2,8%, muy por encima del dato mediano del 1,4% de los otros emisores AAA. Asimismo, Fitch pronostica que la economía de Australia registrará un crecimiento medio del 3,4% entre 2012 y 2013.