La Unión Europea se plantea reforzar sus poderes para intervenir directamente en los presupuestos nacionales de los Estados miembros y suspender el derecho de voto de los que no apliquen los ajustes pactados, así como la creación de eurobonos, como recetas para reforzar el gobierno económico de la eurozona y combatir la crisis de deuda, según ha anunciado este miércoles el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Van Rompuy ha anunciado que presentará un primer borrador con propuestas para reforzar la eurozona a la cumbre de líderes europeos que se celebrará a principios de diciembre. Su objetivo es que las medidas, que según ha dicho podrían requerir una reforma del Tratado, se aprueben de forma definitiva en marzo o junio de 2012.
Alemania defiende esta reforma del Tratado para reforzar las sanciones a los países incumplidores, con el apoyo de otros Estados como Países Bajos. Pero la canciller Angela Merkel ha vuelto a repetir esta semana su rechazo a la creación de eurobonos. Berlín teme que este instrumento aumente su coste de financiación y reduzca la presión sobre los países con problemas para realizar reformas.
Las propuestas de Van Rompuy, según ha explicado en el Parlamento, tendrán una triple finalidad: reforzar la convergencia económica entre los países de la eurozona, mejorar la disciplina fiscal y fortalecer la unión económica.
Por lo que se refiere a la mejora de la disciplina fiscal, el presidente del Consejo Europeo ha explicado que se plantea si "debemos ir más allá en el automatismo de las sanciones previstas en los procedimientos de déficit excesivo" o "establecer en casos extremos nuevas sanciones como la suspensión de los derechos de votos, la suspensión de los fondos estructurales u otros pagos". También sopesa "dar poder a una autoridad central para que intervenga en los procedimientos presupuestarios nacionales".
En cuanto al refuerzo de la unión económica, Van Rompuy estudia si es necesario una mayor armonización de los impuestos y de las políticas sociales en los países de la eurozona, así como una "mutualización limitada de la deuda pública", es decir, algún tipo de eurobonos. También ha pedido una mayor regulación del sector financiero.
Estas ideas significan "una soberanía compartida para todos los miembros de la eurozona, y no sólo su pérdida para los países en dificultades". "Necesitamos encontrar el equilibrio adecuado entre intrusión y legitimidad, disciplina e incentivos", ha dicho Van Rompuy.
Crisis sitémica
En el mismo debate, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha avisado de que "nos enfrentamos a una crisis auténticamente sistémica" que "puede requerir medidas adicionales y muy importantes". Barroso ha anunciado que el próximo 23 de noviembre presentará las primeras propuestas para reforzar la vigilancia sobre los países con déficit excesivo y con opciones para poner en marcha eurobonos.
En el caso de los países con déficit excesivos, tanto la Comisión como el Consejo podrán examinar el borrador de presupuestos y adoptar una opinión antes de que se voten en los parlamentos nacionales. Además, Bruselas podrá sugerir enmiendas a lo largo del año. No obstante, esta propuesta no irá tan lejos como lo sugerido por Van Rompuy porque "la última palabra sobre los presupuestos nacionales la seguirán teniendo los parlamentos nacionales".
Por lo que se refiere a los eurobonos, el presidente de la Comisión ha asegurado que "acabarán considerándose como naturales cuando alcancemos nuestro objetivo de un gobierno reforzado y por supuesto disciplina y convergencia en la eurozona". "Serán una demostración de los principios de responsabilidad y solidaridad", ha dicho. No obstante, Barroso ha subrayado que "la reforma del Tratado no debe ser una exclusa para no tomar medidas ahora, porque necesitamos actuar ahora" contra la crisis de deuda.
Europa de dos velocidades
Tanto Barroso como Van Rompuy han defendido un mayor refuerzo de la cooperación económica entre los países de la eurozona ("entre los 17, ni más ni menos", ha resaltado el presidente del Consejo Europeo en referencia a los supuestos planes de París y Berlín de reducir el tamaño de la eurozona) y han pedido "desdramatizar" el debate sobre "una Europa a dos velocidades".
"Es perfectamente natural que los que comparten una moneda común tomen decisiones juntos", ha dicho Van Rompuy. Y ha confirmado su intención de convocar a partir de ahora cumbres del Eurogrupo después de cada reunión del Consejo Europeo. "No debe haber ninguna división entre los actuales 17 Estados miembros (de la eurozona) por un lado y los otros 10 (países de la UE), la mayoría de los cuales tienen como vocación unirse al euro", ha insistido el presidente de la Comisión.