En rueda de prensa desde Cannes, donde se ha celebrado la cumbre del G-20, José Luis Rodríguez Zapatero ha mostrado su satisfacción por que la comunidad internacional no le haya puesto más deberes a España. Según ha dicho el presidente, España no será intervenida durante su mandato y "no va ser necesario tomar ninguna medida más".
"Afortunadamente nuestras previsiones sobre ingresos y gastos en lo que afecta a la Administración General del Estado van a hacer que cumplamos el déficit y nuestras previsiones sobre necesidad de financiación de aquí a final de año están muy planificadas", ha dicho Zapatero.
Con un escenario tan cortoplacista –el horizonte es el próximo 20-N- es muy posible que sus previsiones se cumplan. Pero también podría ocurrir todo lo contrario: los acuerdos de la última cumbre europea han introducido nuevas dificultades en la ya complicada situación económica, y aunque Italia está centrando todas las miradas en este nuevo capítulo de la crisis de deuda, nuestro país sigue presentando cifras preocupantes.
En cualquier caso, el presidente ha mostrado sobradamente en estos ocho años de mandato que lo suyo no son las previsiones, ni las de política nacional –como ese "mañana estaremos mejor" un día antes del atentado de la T-4– ni las económicas. Memorables son algunas de sus frases negando la crisis y ensalzando la fortaleza de la economía española, desmentidas a base de hechos. Estas son algunas de las más destacadas:
La euforia antes de la crisis
La creación de empleo y la encadenación de buenos datos económicos durante su primera legislatura, debidos en buena parte a la burbuja inmobiliaria que ahora denosta el presidente, dieron pie a Zapatero a hacer optimistas vaticinios. Suya es la frase de que España es "la envidia de Europa" y que pronto superaríamos "a Francia como ya hemos hecho con Italia". Los hechos hablan por sí solos. Más popular quizás sea la de que "estamos en la Champions League de la economía", pronunciada cuando empezaban a asomar los primeros indicios de un cambio de tendencia, en otoño de 2007. Tampoco previó las consecuencias que la crisis subprime tendría en las finanzas mundiales, incluidas las españolas. En verano de ese año, afirmó que "España está a salvo de la crisis financiera".
Las mentiras de la campaña
El PSOE basó su campaña para las elecciones de 2008 en la negación de los datos que empezaban a oscurecer el panorama económico. Zapatero insistió repetidamente, en esos meses y en los posteriores, en que no había crisis e incluso hizo temerarias promesas, como que en los siguientes cuatro años "lograremos el pleno empleo". Del mismo periodo es otra frase demoledora: "La crisis es una falacia, puro catastrofismo".
Su visión del paro
Si hay algún dato contundente sobre la gravedad de la situación económica es del paro. Zapatero se irá con cinco millones de españoles en las listas del INEM. El presidente no ha abandonado estos meses su optimismo tampoco en este asunto y ha augurado en varias ocasiones que los datos mejorarían. Así lo hizo, por ejemplo, en abril de 2010, cuando afirmó que la tasa de desempleo había "tocado techo".
Los recortes inexistentes
La recesión en que se había adentrado la economía española llevó a una situación límite en mayo de 2010. Zapatero se vio forzado a aprobar un tijeretazo que contradecía toda su política anterior. Unos meses después, de nuevo en campaña, le dio la vuelta a la situación: "Miente como un bellaco quien diga que hemos hecho recortes". Ahora, niega que vaya a haber más en las próximas semanas. El tiempo lo dirá.