Tal vez desde dentro no se vea bien, pero la imagen que está dando Europa ante el mundo es bochornosa. Decenas y decenas de reuniones y cumbres para después no llegar a ningún acuerdo. Cuando lo consiguen, son incapaces de concretar detalles. Y cuando por fin llegan al acuerdo de rescatar Grecia con un plan algo serio (tampoco mucho), el rescatado, Grecia, se baja del carro anunciando un referéndum que nadie sabe a qué viene. Y luego dicen que la culpa es de Moody’s y Standard & Poor's.
¿Tienen algún interés Sarkozy, Merkel, Barroso y todos los eurócratas en hacer un mercado europeo sano y próspero? Ninguno. Merkel siempre fue contraria a las quitas bancarias de Grecia hasta que un día se presentó como su mayor defensora. A la semana descubrimos que la banca alemana había reducido la exposición a la deuda periférica (España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda) en un 50%. Concretamente, Deutsche Bank, desde diciembre de 2010 hasta hoy, ha reducido su exposición a los periféricos en más de un 60%. Merkel ha ganado tiempo para que el impacto de la quita griega, y las que puedan venir como la de Italia y España, dañen lo menos posible a sus bancos.
En estas, los líderes franceses y alemanes también han influido sobre el Banco Central Europeo. Mario Draghi, el nuevo Presidente del banco central ya tiene casi un 20% de la deuda griega y esta misma semana compró, otra vez, deuda italiana y española para que no se disparase. ¿Cómo curamos a los países enfermos según los grandes burocrata–economistas–europeos? Bajando la temperatura del termómetro poniéndolo en el congelador. ¿Por el bien de Europa? Claro, y de paso para cubrir las carteras de los grandes bancos europeos, especialmente franceses y alemanes. Rajoy quiere hacer ahora un "Banco Malo". Pues a Sarkozy y Merkel no les ha hecho falta, han usado para este fin al Banco Central Europeo nada menos. Esto sí que es pensar a lo grande.
Pero es que el descontrolado apetito europeo sigue. Piden planes de recapitalización que convertirán a la banca en un búnker donde no solo los particulares y empresas se van a quedar sin crédito, sino los propios gobiernos naciones. Esto hará a nuestros Estados más dependientes de los eurócratas y entidades supranacionales. Algo así se puede traducir en más impuestos, más regulación y más y mayores barreras arancelarias, lo que significa productos más caros por ley.
Aprovechando la crisis, siguen con la criminalización del mercado y establecen una auténtica Unión Soviética Europea. Los Gobiernos y el Banco Central Europeo son los mayores manipuladores del mercado, pero quieren aprobar leyes para eliminar su "competencia privada". Es decir, según ellos, los fondos y planes de pensiones donde usted tiene su dinero son tan malvados que venden participaciones cada vez que se descubre un agujero de deuda en algún país europeo. Incluso llegan a absurdidades como abolir las opiniones de terceros (empresas de rating, y con el tiempo vendrán la prensa, internet...) porque perjudican sus planes e intereses.
La UE ha acabado con la poca democracia que existía en el continente. Los socialistas y colectivistas, incluso la Iglesia, han estado pidiendo un Gobierno mundial y europeo. Pues voi’la, ya lo tenemos. Al menos en parte. No es un Gobierno formal, pero sí funcional. Los partidos conservadores de Alemania y Francia dirigen Europa bajo la mirada atenta de sus lobbies económicos y civiles. Esto no es una democracia, es una oligarquía.
Lo más curioso de todo es que el sistema es tan ineficaz que hasta un país como Grecia, que solo representa el 2% del PIB europeo, ha puesto en jaque todo este circo. ¿Cómo se siente cuando hablan de rescatar países con grandes proyectos costosísimos sin actuar nunca para el ciudadano? Solo somos los peones y huchas de grandes magnates enloquecidos por sus ansias de Poder.