La economía española registró una tasa de variación intertrimestral nula durante el tercer trimestre del año y creció un 0,7% en tasa interanual, según el último boletín económico del Banco de España. El instituto emisor destaca que durante el tercer trimestre ha continuado el "debilitamiento" de la economía, en un entorno marcado por el "agravamiento" de la crisis de deuda soberana de la zona euro, informa Europa Press.
Con esta cifra, España vuelve a situarse al borde de la recesión (crecimiento negativo durante dos trimestres). La economía hispana creció un 0,8% intertrimestral en los primeros tres meses del año, lo que hizo que algunos responsables políticos lanzaran las campanas al vuelo. Luego, entre abril y junio, esta cifra cayó hasta el 0,2%. Ahora, se confirma que en el verano el PIB español prácticamente no se ha movido. Si a esto se le unen las cifras que apuntan a una ralentización de la demanda, tanto interna como externa, parece claro que será difícil evitar un crecimiento negativo en el cuarto trimestre de año. Y de ahí a la temida recesión sólo hay un paso.
La previsión de los PGE
Las cifras publicadas por las instituciones oficiales se alejan cada vez más del 1,3% que presentó el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Pese a las advertencias de los expertos, hasta hace poco más de un mes, la versión oficial era que se podrían alcanzar los objetivos de crecimiento y déficit. El problema no es que la credibilidad del departamento de Elena Salgado quede en entredicho, sino que los Presupuestos Generales del Estado están fundamentados en este pronóstico y el no cumplimiento del mismo tendría consecuencias devastadoras para la deuda pública española (y más aún en un momento de tanta tensión en los mercados).
Salgado se mantenía en sus trece a mediados de septiembre y aseguraba que el PIB de España crecería en 2011 según lo previsto, haciendo caso omiso a las estimaciones de los analistas que situaban este dato por debajo del 1%. Tan solo unos días después, la vicepresidenta daba marcha atrás en sus declaraciones y reconocía que las previsiones "no serían las mismas" si el Gobierno las hubiera hecho en ese preciso momento aunque evitaba dar una cifra concreta en los objetivos de crecimiento.
Los datos del Banco de España
Mantener el objetivo de déficit es parte de las exigencias del Ejecutivo de la UE para España este año. No es de extrañar que Salgado también asegure que España será capaz de reducir el déficit público hasta el 6% hasta 2011 pero hoy de nuevo, el Bando de España tumba estas previsiones. El organismo ha advertido de que existen "riesgos" de desviación respecto al objetivo de déficit como consecuencia de la "debilidad" de la recaudación impositiva y la "inercia" del gasto, "principalmente en las comunidades autónomas".
La autoridad monetaria alerta de que si los datos de ejecución presupuestaria de los próximos meses indicaran la posibilidad de que esos riesgos se materializasen, sería "imprescindible" adoptar "medidas adicionales" en consonancia con el carácter incondicional del compromiso asumido por el Gobierno con el cumplimiento de los objetivos fiscales, y con el "intenso escrutinio" al que siguen sometidas las finanzas públicas en media de la actual crisis de la deuda soberana.
Según el boletín económico del BdE, la demanda interna habría experimentado un nuevo retroceso en el tercer trimestre, con una aportación negativa del 0,8%, mientras que la demanda externa neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%.
En concreto, indica que las decisiones de gasto de las familias mostraron en conjunto un "tono de debilidad", y estima que el consumo de los hogares habría experimentado un pequeño repunte en tasa intertrimestral (del 0,1%), en un entorno marcado por la desfavorable evolución del mercado laboral, la acusada incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la elevada tasa de inflación y la caída del valor de la riqueza, tanto del componente financiero como del inmobiliario.
La inversión residencial, por su parte, se contrajo a una magnitud similar a la del trimestre previo en términos de tasa intertrimestral, con lo que la ratio de inversión residencial sobre el PIB se habría reducido en torno a cinco puntos porcentuales desde su nivel máximo de 2007. Además, la demanda de activos residenciales siguió mostrando una senda descendente.
Se mantiene la inversión empresarial
El Banco de España destaca que la inversión empresarial mantuvo un tono similar al del periodo previo, con registros moderadamente positivos, sustentados en el dinamismo de las exportaciones. No obstante, advierte de que la prolongación del actual clima de incertidumbre y desconfianza podría reflejarse en una disminución de la inversión residencial los próximos meses. En concreto, estima que la inversión en bienes de equipo mantuvo en el tercer trimestre un ligero crecimiento, del 0,6% en términos intertrimestrales, al tiempo que la tasa interanual se incrementó hasta el 2,1%, frente a la caída del 3,7% del segundo trimestre.
Por el lado de la oferta, el Banco de España resalta que el empleo no dio signos de mejoría respecto a la primera parte del año, llegando a contraerse en términos netos más que en el trimestre precedente. Así, el deterioro del empleo determinó un aumento de la tasa de paro, que se situó en el 21,5% en el periodo julio-septiembre, en un contexto de estabilización de la población activa.
Contracción de la construcción
Asimismo, resalta la contracción de la construcción, principalmente en su componente de obra pública, y de los servicios de no mercado. En cambio, la industria repuntó en el tercer trimestre, una vez que se restauraron las condiciones de oferta. Con todo, el Banco de España dice que existen "dudas" sobre la continuidad de la expansión de la industria, dado el retroceso de las perspectiva de negocio que han mostrado los indicadores de opinión.
En cuanto a los costes laborales unitarios, estima un crecimiento del 1% en los salarios del sector privado durante el tercer trimestre, pero advierte de que, una vez que el efecto de la reducción de los salarios públicos se vaya agotando, la prolongación de esta tendencia "requiere que la negociación colectiva muestre una tendencia más definida a la desaceleración".
En el panorama internacional, la institución dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez apunta que el tercer trimestre supuso un deterioro adicional de la situación económica y financiera mundial como consecuencia de la profundización de la crisis de la deuda soberana en Europa y del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento a nivel global.
La reforma de la constitución.
Así, indica que en agosto las tensiones se trasladaron a economías de mayor tamaño, como España e Italia, y en septiembre, a Bélgica y Francia, aunque en menor medida. Según el Banco de España, detrás de la acusada inestabilidad subyacen la intensificación de las dificultades en Grecia y los problemas políticos y legales que están acompañando la materialización de los acuerdos que se adoptaron en la cumbre europea del 21 de julio.
En este escenario, la autoridad monetaria alaba la aprobación en España de la reforma de la Constitución para introducir límites al déficit estructural, lo que resulta, a su juicio, "particularmente apropiado" dado el elevado grado de descentralización fiscal existente y supone un "reforzamiento" del principio de estabilidad presupuestaria.