Un error de contabilidad del banco Hypo Real State (HRE), actualmente controlado por el Estado alemán, le ha dado al fisco 55.000 millones de euros pero, a la vez, ha desatado una polémica acerca de que, con ese manejo de las cifras, en cualquier momento puede darse una sorpresa en sentido inverso.
El Ministerio de Finanzas informó de que su titular, Wolfgang Schäuble, ha llamado a los responsables del HRE para exigir que den explicaciones sobre ese error, y varios diputados han exigido que comparezcan además ante la comisión de finanzas del Bundestag.
El error, que se cometió en 2010, consistió en registrar doblemente las pérdidas del banco y, al descubrirse, ha hecho que la deuda pública alemana baje de la noche a la mañana en un 2,6 % del PIB, para quedar en un 81,1 %.
Al parecer, en el sistema informático del banco hubo una confusión entre diversas operaciones aritméticas, lo que llevó al error de registrar como pérdidas los aumentos de la cotización de títulos que poseía el banco.
Pese a que la súbita aparición de 55.000 millones de euros en principio es una buena noticia, las críticas se imponen de momento al júbilo. "Espero que la cúpula del banco ofrezca explicaciones suficientes ante la comisión de presupuesto sobre este error inconcebible", dijo el experto en Finanzas del grupo parlamentario común de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana, Hans Michelbach.
La suma en cuestión representa más de la cuarta parte del aporte alemán al Fondo Europeo de Estabilización Financiera y casi el doble del déficit previsto para este año, que es de 30.000 millones de euros. El déficit no se reducirá por el descubrimiento del error debido a que el saneamiento del HRE se realiza a través de un presupuesto especial.
La oposición socialdemócrata también ha exigido una clara explicación de lo ocurrido y el gerente del grupo parlamentario, Thomas Oppermann, ha dicho que la suma no es algo que "un ama de casa suava pueda olvidar en una caja de galletas". La figura del "ama de casa suava" suele ser utilizada por la canciller Angela Merkel como ejemplo de un buen manejo parlamentario.