Desgraciadamente, desde el Vaticano II, la Santa Sede se ha ido apartando cada vez más de su propia tradición de pensamiento. Grandes teólogos como Tomás de Victoria OP fundador del derecho internacional moderno como sostiene el propio Grocio ya advertía de los peligros de un poder universal, por muy bien intencionado que pudiera estar, porque el hombre sigue siendo hombre y la concentración de poder allanaría el camino a un nuevo despotismo, porque si es posible ser un canalla invocando la patria como coartada del poder, muchísimo más lo es hacerlo en nombre de la Humanidad. Con una diferencia, en tal caso no cabría la posibilidad de emigrar, exiliarse o huir de dicha tiranía. Y estas ideas, qué se concibieron para criticar la utopía imperial de Carlos V, son perfectamente válidas para criticar la utopía humanitarista-mundialista de nuestros días porque el hecho de que el hombre invoque el cristianismo o la democracia no hace que el hombre sea menos hombre por ello. El Vaticano debería reflexionar con gravedad sobre lo que realmente es doctrina de la Iglesia y lo que puede ser la moda del mundo. Y hoy la democracia es un dogma moderno, con muchas ventajas, pero un dogma humano, al fin y al cabo, como en su día lo fue el absolutismo o el feudalismo y si la Iglesia ata su suerte a un sistema político, por maravilloso que sea, es posible que esté compremetiendo su libertad y su misión profética.
Este documento de un dicasterio del vaticano concreto, el Consejo P. Justicia y Paz, no es ni doctrina social de la Iglesia ni mucho menos Magisterio Pontificio, como ellos mismos reconocieron en la presentación. Es obra de Turkson y su segundo Mario Toso.
Es más que cuestionable en su contenido, de hecho ya aparecen las primeras respuestas internas y más que vendrán.
Un envoltorio de citas de papas y encíclicas para llegar al nucleo de la propuesta sobre una autoridad política económica mundial: confuso, inoportuno, inmaduro, y muy cuestionable tanto desde las ciencias sociales, economía y política, como desde la doctrina social de la Iglesia.
Creo que sería de ayuda un comentario en profundidad de D. José Raga, que es o ha sido miembro de dicho Consejo Pontificio Justicia y Paz.
http://mises.org/Community/blogs/euribe/archive/20...
"Dicho de otra forma, el teorema de la imposibilidad económica del socialismo, que descubrieron los economistas austriacos Ludwig von Mises y Friedrich A. Hayek, es completamente aplicable a los bancos centrales en general," ... "De acuerdo con este teorema, es imposible organizar ninguna área de la economía y especialmente en sector financiero mediante órdenes coactivas emitidas por una agencia planificadora, pues ese cuerpo nunca puede obtener la información que necesita para producir sus órdenes de una forma coordinadora." ... "De hecho, nada es más peligroso dejarse enredar por la “fatal arrogancia”, por usar la útil expresión de Hayek (Hayek, 1990), de creerse omnisciente o al menos suficientemente sabio y poderoso como para ser capaz de mantener perfectamente ajustada la política monetaria en todo momento."
Ioannes Paulus PP. II
Centesimus annus
a todos los Hombres de Buena Voluntad
1991.05.01
42. Volviendo ahora a la pregunta inicial, ¿se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él estén dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?
La respuesta obviamente es compleja. Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de «economía de empresa», «economía de mercado», o simplemente de «economía libre». Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa.
Buena recomendación la que hace Suzuki del libro de Termes, que sin llegar a ser para mí realmente liberal sí tenía una claridad de ideas impagable.
Me permito apoyar la recomendación realizada anteriormente por Punt del horriblemente traducido título de "¿Por qué el Estado es un problema?" de Thomas Woods.
Desgrana las ideas económicas del Vaticano y las enlaza con la escuela Austríaca criticando las posturas pseudosocialistas de muchos Papas y, en muchos casos, su ignorancia política. Para Woods el cristianismo solo puede ser pleno en un sistema liberal -libertario realmente para Woods-, dado que el socialismo representa el hombre como posesión -parcial, pero posesión- de otros hombres, algo que no contempla la religión cristiana en general y la católica en particular. No soy creyente, pero las raíces cristianas no se pierden, por lo que me pareció un libro interesantísimo para entender esa relación tan erróneamente entendida entre cristianismo y economía.
Actualmente Thomas Woods es asesor del candidato Ron Paul, un hombre también de profundas creencias cristianas y hoy días, el máximo representante del libre mercado en la política.
La Iglesia está llamando a perder el derecho fundamental que reconoce el cristianismo: el derecho a la vida. El socialismo perpetúa que la vida de una persona le pertenezca en buena parte al gobierno.
¿Qué tiene que ver el aumento del déficit público con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver el despilfarro público con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver el la emisión descontrolada de deuda pública con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver el rescate de paises y empresas ineficientes utilizando el dinero de los ciudadanos con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver la intervención monetaria y la reducción artificial de los tipos de interés con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver la reserva fraccionaria de la banca con el liberalismo?
¿Qué tiene que ver el dinero fiduciario, y su envilecimiento, con el liberalismo?
Todo lo anterior no es obra del liberalismo sino de la coacción intervencionista.
Eminencia, que usted culpabilice al liberalismo sin haber leido a Mises es grave, pero que lo haya hecho sin leer a Martín de Azpilicueta, Juan de Mariana o al mismísimo Tomás de Aquino es imperdonable.
La siguiente es que Alan Greenspan escriba una encíclica. Lamentable.
Ahora en otro tono: recomiendo un libro "Antropología del capitalismo", de Rafael Termes. No todos en la Iglesia hablarían igual. Claro que Rafael Termes no pertenecía al clero.
"speeds3"
Te doy la razón, al menos lo veo bastante probable.
Me he dejado incdicar que la susodicha obra es un buen ladrillo de 1500 páginas para sus Purpuradas Cabezas
Pido disculpas. El fundador del derecho internacional era el Padre Francisco de Vitoria.