La Cumbre que debía salvar el euro está cada día más lejos de encontrar una solución. Según pasan las horas y se acerca el momento en el que los líderes europeos se encontrarán en Bruselas parece más complicado que salga una postura consensuada sobre cómo salvar a Grecia, qué hacer con los bancos europeos y cómo evitar que la crisis de deuda se extienda a otros estados de la UE.
Hasta hace unas horas, parecía que Francia y Alemania habían acercado bastante sus posturas respecto al formato que tendría que adoptar el nuevo Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). De hecho, ya se daba casi por seguro que en vez de adoptar la forma de un banco que simplemente hacía préstamos a los países de la Eurozona en dificultades, multiplicaría sus fondos por cinco, hasta una cifra de 2 billones de euros, para constituirse en una especie de seguro sobre la deuda soberana de los estados.
Sin embargo, esta aparente situación de tranquilidad se ha visto alterada el miércoles por dos noticias que demuestran que la cosa no está tan tranquila como parece. Por un lado, Nicolas Sarkozy sorprendía a todos viajando a Alemania para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, a la que tenía previsto realizar una simple llamada telefónica. Sin embargo, el francés ha debido pensar que sus dotes de seducción podrían surtir más efecto en persona y se ha plantado en la capital germana para intentar acercar posturas con Merkel.
Esta sorpresa se ha unido a los comentarios acerca del posible rechazo que entre los legisladores comunitarios podría haber generado el plan de aseguramiento de los bonos. Según The Wall Street Journal, los expertos de la UE han alertado de que usar el Fondo para avalar directamente la deuda soberana podría violar las restricciones de la legislación comunitaria en cuanto a los rescates. Si esto se confirmase, sería un jarro de agua fría sobre un mecanismo que había generado numerosas expectativas en las últimas horas. En su lugar, la opción que tendría el país sería pedir prestado aún más dinero al Fondo, y esta cantidad extra se mantendría a un lado como garantía ante los inversores que compraran la deuda (por ejemplo, para asegurar el 20% o el 30% de la emisión).
El encuentro en Francfort
Seguramente esta cuestión habrá estado encima de la mesa en el sorprendente encuentro que han mantenido Merkel y Sarkozy en Fráncfort. La reunión, que se prolongó algo más de una hora y media, tuvo lugar en la antigua ópera de la capital financiera alemana, a donde había acudido Merkel y otros líderes de la Unión Europea (UE) para participar en un homenaje al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que a final de mes concluye su mandato de ocho años.
Aunque ninguno de los dos líderes quiso hacer declaraciones al final del encuentro, el objetivo de la reunión era intentar acercar sus posturas, a tres días de la cumbre de la eurozona en Bruselas. En círculos económicos y comunitarios se apunta que Berlín es favorable a un impago parcial de Grecia, algo que París no desea para que no se vea afectada su banca y, en segundo término, su ya cuestionada máxima calidad crediticia "AAA".
Además, Francia apuesta por que el Fondo de rescate sea la primera instancia empleada para recapitalizar a las entidades financieras con problemas de capital, algo que Alemania no desea, ya que prefiere que sea cada país el que asista a su sector bancario en primer término.
En el encuentro, celebrado de forma improvisada en una sala del segundo piso de la antigua ópera de Fráncfort, participaron también otros líderes de la UE y de la eurozona que habían acudido a la ciudad alemana para el homenaje a Trichet, según informa Efe. Entre ellos se encontraban el presidente de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Durao Barroso, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, así como algunos comisarios europeos y varios ministros de Finanzas de la eurozona. Asimismo participaron en la reunión Trichet y su sucesor, el italiano Mario Draghi, y la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.