Poco a poco los contratos de la alta dirección de las cajas españolas están perdiendo su confidencialidad y muchos de ellos ya son de dominio público. Sus cifras no han dejado indiferente a nadie, empezando por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Una veintena de entidades ha dado salida a sus más de 70 directivos por todo lo alto. En concreto, entre indemnizaciones, planes de pensiones y otros incentivos las cajas podrían haber repartido ya la friolera de 100 millones de euros, según informa el diario Expansión.
Entre las prejubilaciones, cuyo montante se conoce, destaca el del exdirector general de CAI, Tomás García Montes, al que le correspondieron 4,2 millones. Otro de los casos más destacados ha sido el de Josep María Loza, director general de Catalunya Caixa, que pactó ya en 2008 el precio de su salida de la entidad: un pago de 11 millones de euros.
El pago a la exdirectora de la CAM se encuentra actualmente en entredicho, ya que María Dolores Amorós se adjudicó una retribución anual de 593.040 euros y una pensión vitalicia de 30.791 euros al mes. Amorós repetía un modelo que había puesto en marcha su predecesor, Roberto López Abad, que podría cobrar hasta 5,8 millones de euros.
De las entidades más grandes por volumen de activos destaca Caja Madrid, cuyo secretario del consejo, Enrique de la Torre, percibió 4,8 millones, y si a esto se le suma las indemnizaciones de otros cuatro altos directivos la cuantía asciende a 10,77 millones.
Otro caso particular es el de José Ignacio Lagartos, exdirector general de Caja España, que ha percibido 1,3 millones después de que se produjera la fusión de su entidad con Caja Duero.
El caso particular de Novacaixagalicia
Dejar marchar a 10 de sus altos directivos le costará a Novacaixagalicia cerca de 40 millones de euros. La entidad afirma que el Banco de España fue informado del importe de estas indemnizaciones aunque, hasta ahora, el supervisor no ha tenido competencias en materia de retribución. En el último año han abandonado la caja nueve directivos, cinco de ellos pertenecían a la alta dirección.
El primero en abandonar la entidad, fue José Luis Méndez López, director general de Caixa Galicia. Su retribución, incluyendo su plan de pensiones, oscilaría entre los 12 y 15 millones de euros. Juan Dapena Traseira, que era director general adjunto de Caixa Galicia, siguió los pasos de Méndez López pocos meses después, y Julio Rivero, de la misma entidad, se acogió a las condiciones del ERE, que contemplan hasta un tope del 98% del salario. La indemnización conjunta de estos dos últimos superaría el millón de euros.
José Luis Méndez Pascual, hijo del exdirector de Caixa Galicia, obtendría una retribución de 400.000 euros. Ayer se conoció que las últimas renuncias en la alta dirección (José Luis Pego, Óscar Rodríguez Estrada, Gregorio Gorriarán y Javier García de Paredes) le costarán a la entidad más de 20 millones de euros, una cifra ha avivado aun más la polémica sobre la nacionalización de las cajas que se está produciendo en España. En concreto, esta entidad recibirá en los próximos días 2.465 millones de euros del Estado.