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GEES

Gracias a la crisis, que nos ha enseñado tanto

Este ominoso periodo de socialismo o gasto público desbocado, nos ha enseñado las bien fáciles lecciones de la crisis. Basta con constatar lo que ha hecho el socialismo y hacer, decididamente, lo contrario.

Regocíjate Europa, porque esta crisis contiene enseñanzas benéficas.

Podría parecer otra cosa, pero a lo que se dedican los responsables europeos últimamente es a calcular las quitas de la quiebra de Grecia y cuándo hacerla efectiva.

Francia se oponía a que sus bancos, que dentro del euro poseen más deuda griega, perdieran más del 21% decidido en julio. Ayer, su ministro de Hacienda dijo que quizá deberían asumir más. Fuentes alemanas y comunitarias vienen dejando caer la cifra del 50%. De ahí las dificultades de ciertos bancos como Dexia. Estamos en pleno proceso de amortiguar el golpe. La conciliación de la posición alemana con la francesa se espera de una reunión el domingo entre Merkel y Sarkozy.

Grecia dijo que tenía liquidez hasta octubre, pero también era mentira, y sus socios, cada vez más irritados, le han obligado a admitir que puede aguantar más. Entretanto han pospuesto la reunión del 13 de octubre para liberar un tramo de 8.000 millones pendiente todavía del primer rescate de mayo de 2010.

Por su parte la ampliación y modificación del fondo de rescate, alentados por incesantes rumores, eran desmentidos. Primero Trichet afirmó que el BCE no prestaría al fondo y luego Eslovaquia, un miembro del euro que ha pasado por dos cambios de moneda, retrasó para el 25 de octubre la votación sobre sus condiciones.

Primera lección. La izquierda no sólo española, sino el socialismo cuyas medidas han reinado últimamente están muy deprimidos, señal de que algo bueno está sucediendo. Esto: se está empezando a constatar que la presunta solución de arrojar dinero del contribuyente a los problemas los hace más graves. No hay que tomar pues en serio las literalmente increíbles propuestas recientes desde esos desesperados sectores, de rebajar tipos o incrementar inflación, que tanto la UE como la OCDE sitúan por encima del 3%. Que hayamos tenido que caer tan bajo para desechar las irracionales y empobrecedoras medidas keynesianas es triste, pero lo es menos si efectivamente lo hacemos.

La otra lección del momento es que durante más de un año, desde el primer rescate griego, no se ha hecho nada nuevo salvo discutir en círculo sobre las mismas ideas. Desde los rescates expresos –operados mediante el fondo europeo– hasta los encubiertos mediante la compra de bonos por el BCE, como los sufridos por España e Italia –cuya diferencia, como reconoció el ministro italiano Tremonti, es que en España se espera un cambio pronto–. Y lo único que ha funcionado ha sido recortar con tino como están haciendo Portugal y, sobre todo –sin agravar impuestos–, Irlanda, que ya crece más que España.

Como Sieyès durante la Revolución, hemos vivido. O sea, nuestra maltrecha cabeza sigue sobre nuestros hombros. Así que este ominoso periodo de socialismo o gasto público desbocado, nos ha enseñado las bien fáciles lecciones de la crisis. Basta con constatar lo que ha hecho el socialismo y hacer, decididamente, lo contrario.

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