Los ministros de Economía de la eurozona no han logrado, tras casi siete horas de negociaciones, ningún acuerdo para desbloquear la ayuda urgente de 8.000 millones de euros que Grecia necesita para no suspender pagos en las próximas semanas y han decidido retrasar la decisión más allá de la fecha prevista del 13 de octubre.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha celebrado los últimos ajustes adoptados por las autoridades griegas para 2011 y 2012, pero ha reclamado que se conviertan en ley y entren en vigor lo antes posible. Además, ha reclamado nuevas medidas para los años 2013 y 2014 y una aceleración de los planes de privatización.
Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha restado importancia al hecho de que Grecia no vaya a cumplir el objetivo de déficit para 2011 (llegará al 8,5% en lugar del 7,6% acordado), pero ha dejado claro que ello obligará a Atenas a hacer más esfuerzo en 2012.
Juncker ha anunciado que cancela la reunión del Eurogrupo del 13 de octubre, en la que estaba previsto aprobar la ayuda de 8.000 millones de euro, el sexto tramo del primer rescate de 110.000 euros aprobado el año pasado, porque todavía no estará listo el informe de los inspectores de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desplazados a Atenas.
No obstante, ha asegurado que el Eurogrupo tomará una decisión en octubre, se ha declarado optimista sobre su resultado y ha resaltado que Atenas sólo necesita la ayuda en noviembre. Las autoridades helenas habían asegurado hasta ahora que sin la asistencia no podrían pagar los salarios y pensiones de octubre.
"Nadie ha defendido la quiebra de Grecia, se hará todo para evitarlo y se evitará. Y nadie ha defendido la salida de Grecia de la eurozona. Tengo que desmentir todos los rumores que indican que se podría invitar a Grecia a dejar la eurozona y tengo que desmentir todos los rumores sobre cualquier tipo de quiebra griega", ha insistido el presidente del Eurogrupo.
Sin embargo, Juncker ha admitido que se están discutiendo "revisiones técnicas" del acuerdo alcanzado el pasado julio sobre la participación de la banca en el segundo rescate de Grecia, que ascenderá a 109.000 millones de euros. Pero no ha aclarado si ello significará que se aplique una quita superior a la del 21% acordada hasta ahora.
El único acuerdo alcanzado por los ministros de Economía de la eurozona se refiere a los avales que exigía Finlandia a cambio de su contribución al segundo rescate griego. Las garantías estarán disponibles a cualquier país que las desee, pero a cambio se tendrá que pagar un precio, según ha explicado el responsable del fondo de rescate para países endeudados, Klaus Regling.
Entre otras cosas, los países que pidan colateral tendrán que acelerar el pago de capital desembolsado al fondo de rescate permanente, que el resto de Estados hará en varias fases. Además, verán reducidos los beneficios que puedan generar los préstamos a Grecia. "Es improbable que cualquier país que no sea Finlandia pida este colateral", ha dicho Regling.
Reforzar el Fondo de rescate
Los ministros de Economía de la eurozona han discutido además por primera vez la posibilidad de reforzar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros con el objetivo de frenar el contagio de la crisis de deuda a Italia y España.
Juncker ha dicho que se trata de aumentar la "eficiencia" del fondo sin incrementar su dotación real, pero ha eludido decir si ello se logrará a través del apalancamiento, como defiende la Comisión Europea. Sólo ha aclarado que la participación del Banco Central Europeo (BCE) no es "la principal vía que se está considerando" y que "no habrá una carga extra para los contribuyentes alemanes".