La ex directora general de la CAM, María Dolores Amorós, niega haber cometido irregularidad alguna, y "mucho menos de forma ilegal", durante sus años en la caja alicantina, al tiempo que destaca que su actuación fue siempre "leal, recta, transparente y ajustada a derecho".
Amorós fue despedida la pasada semana por los nuevos administradores de la intervenida CAM bajo la acusación de "buscar el beneficio propio, falsear las cuentas y realizar una gestión deficiente" mientras ocupó el cargo de directora general, informa EFE.
Amorós ha confirmado que recurrirá a los tribunales sus derechos laborales y ha negado rotundamente los hechos que se le imputan.
Además, ha lamentado el "ataque insólito e injusto" que, en su opinión, está sufriendo su "crédito profesional, su honor personal y su propia dignidad", al tiempo que recordó que las retribuciones inherentes al puesto de director general fueron acordadas por los órganos competentes "con años de antelación" a su nombramiento, a finales de 2010.
La ex "número dos" de la CAM ha criticado que se le acuse de un "supuesto falseamiento contable" sin considerar que hay toda una organización detrás de la elaboración de las cuentas, un conjunto de procedimientos reglados, auditores externos e inspecciones de los organismos reguladores, especialmente porque desde 2008 la CAM cotizaba en bolsa.
Amorós también ha cuestionado que se ponga ahora en entredicho la legalidad de la presentación de los resultados, cuando éstos se elaboraron siguiendo criterios de las autoridades supervisoras -como el Banco de España- y de los auditores externos, además de siguiendo las normas contables.
La ex directora general ha negado también rotundamente "haber actuado en beneficio propio y en ningún modo de forma irregular, tal y como maliciosamente se me imputa".
La semana pasada se conoció que Amorós recibía un sueldo anual de 593.040 euros por su cargo, pero ella se ha defendido al argumentar que las retribuciones del puesto que ocupaba en la caja fueron acordadas por los órganos competentes "con años de antelación" a su nombramiento.
Además ha explicado que la toma de acuerdos en la entidad seguía los protocolos establecidos, ya que se adoptaban por personas u órganos con facultades suficientes.
Tanto en materia de retribuciones como en otros ámbitos los acuerdos se han basado siempre en informe de firmas independientes, de prestigio internacional, que asesoraban a los órganos de gobierno y dirección, ha explicado.
De esa forma, se analizaban las prácticas habituales del mercado y del sector y para el caso concreto de la retribución, estos informes y dictámenes ponían de manifiesto que en el conjunto de variables analizadas, los datos relativos a la CAM estaban por debajo, en comparación con cajas y bancos.
Sin embargo, los nuevos administradores nombrados tras la intervención de la caja por parte del Banco de España consideraron "reprobable" el sueldo de Amorós y la pensión vitalicia de 369.497 euros año que recibiría al jubilarse.
En cuanto a su gestión como directora general, ha subrayado que llegó a su cargo cuando la CAM formaba parte de la fusión "Banco Base" y su compromiso en aquel momento se centró en su puesta en marcha y consolidación.
Y ha remarcado que cuando se rompió la alianza luchó con todas sus fuerzas por sacar adelante la entidad, "siguiendo en todo momento las indicaciones del Banco de España", con cuyos servicios, ha asegurado, estuvo "en contacto permanente las 24 horas del día".
Amorós ha incidido en que ha trabajado sin descanso por la CAM y se ha esforzado a lo largo de sus más de 30 años de dedicación por aportar lo mejor de sí a la entidad.
Por último, ha cuestionado el grave perjuicio profesional y personal que se le está haciendo con el modo en el que se le ha despedido y las filtraciones que aparecen en los medios de comunicación.