El cambio de base, de base 2000 a base 2008, que va a efectuar el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los datos de Contabilidad Nacional de España apenas supondrá diferencias en las tasas de variación del PIB ya publicadas, según ha explicado este viernes el subdirector general de Cuentas Económicas y Empleo del organismo estadístico, Alfredo Cristóbal.
Aunque no ha avanzado ningún dato, Cristóbal ha dejado claro que el cambio de base sólo conllevará "diferencias mínimas" en las tasas de PIB y no implicará que los crecimientos positivos ya difundidos por el INE se vuelvan negativos, algo importante para la economía española, que en los últimos trimestres ha venido creciendo unas décimas (0,2% en el segundo trimestre de 2011, 0,4% en el primero y 0,2% en el cuarto trimestre de 2010).
Durante una rueda de prensa para presentar las características y novedades de la nueva base, Cristóbal ha subrayado que este cambio de base, al que se incorpora la nueva clasificación de actividades económicas (CNAE-2009), es obligatorio para todos los países de la Unión Europea, que deben adoptarlo además este mismo mes.
El primer país que ha realizado una revisión de sus datos de PIB en función de la nueva base ha sido Alemania. Allí, ha explicado las diferencias entre las cifras de PIB difundidas anteriormente por el Gobierno alemán y las resultantes de la nueva base han llegado a ser hasta de medio punto, pero, según Cristóbal, eso no va a ocurrir en el caso español, donde las diferencias "no van a ser muy grandes", sino "mínimas".
El cambio de base ha obligado al INE a hacer una revisión de los datos de Contabilidad Nacional publicados hasta ahora. La próxima semana, el organismo estadístico difundirá la serie anual del PIB desde 2000 a 2010 con la nueva base y en noviembre, coincidiendo con la publicación de la Contabilidad Nacional Trimestral, hará públicas las cifras trimestrales del PIB también desde 2000 a 2010. Para echar la vista más atrás, habrá que esperar a 2012, cuando el INE facilitará la serie de PIB con base 2008 a partir de 1995.
La primera estadística que difundirá el organismo con la nueva base serán las cuentas trimestrales no financieras de los sectores institucionales (hogares, administraciones públicas, sociedades no financieras e instituciones financieras), que se publicará el próximo lunes. A partir de esa fecha, las estimaciones de los distintos productos de la Contabilidad Nacional siempre se harán con la base 2008.
Sin embargo, esta nueva base durará poco, únicamente tres años, pues el 1 de septiembre de 2014 se deberá pasar a base 2010 debido a que el sistema europeo de cuentas, el SEC-95, será sustituido por otro, el SEC-2010, que obligará a los Estados miembros a efectuar un nuevo cambio de base.
Novedades del cambio
Cristóbal ha insistido en que las modificaciones que se van a producir en la Contabilidad Nacional a la luz del cambio a base 2008 "no son aleatorias", sino que vienen determinadas desde la UE, y ha señalado que el principal motivo de esta transformación es la necesidad de incorporar la nueva clasificación de actividades económicas, a lo que también hay que añadir una nueva clasificación de los productos.
Todo ello apenas va a repercutir en los agregados económicos, sino que va a ser más bien un cambio en la presentación de los datos, según ha dicho Cristóbal. Lo más significativo es que se agregan nuevas ramas de actividad a la Contabilidad Trimestral (de 6 se pasa a 10) y que la inversión, hasta ahora basada en productos, se considerará inversión en activos.
Así, en los datos desagregados de la formación bruta de capital fijo, se distinguirá entre inversión en activos materiales (construcción y bienes de equipo) e inmateriales, lo que hará que la inversión en construcción, al considerarse un activo, se incremente respecto a la estadística actual.
Otro elemento resaltable, aunque se efectúe siempre que se produce un cambio de base, es que se revisará el tamaño de las administraciones públicas. Asimismo, se mejorará la información de las cuentas del sector resto del mundo y se avanzará en la reducción de las diferencias entre las cuentas financieras, estimadas por el Banco de España, y las no financieras, las que estima el INE.