El personal al servicio de las administraciones públicas es de dos clases: Personal funcionario y personal laboral. En cada una de estas clases hay dos tipos: Funcionarios de carrera (los verdaderos funcionarios) y funcionarios interinos; personal laboral con contrato indefinido y personal laboral con contrato temporal. Por lo tanto, si las administraciones quieren recortar han de hacerlo, por supuesto, de la siguiente manera: Primero, despedir o no renovar a personal laboral con contrato temporal; segundo, cesar a los funcionarios interinos. Antes o simultáneamente a estas medidas, podría amortizar (es decir, suprimir) las plazas vacantes (sin propietario) ocupadas o no por los funcionarios interinos y el personal laboral contratado temporal. Como caso extremo pero posible, las administraciones pueden suprimir plazas de personal laboral con contrato indefinido (con la correspondiente indemnización). Pero lo que no puede hacer, ni debe siquiera pensar en el intento, es despedir a los funcionarios de carrera. Estos últimos, los funcionarios de carrera, tienen garantizado su puesto de trabajo vitaliciamente (y afortunadamente para el administrado también) y no pueden ser cesado, salvo los casos tasados de sanción disciplinaria que conlleve la separación del servicio. Hay un tercer tipo, que no he mencionado con el objeto de simplificar: es el personal de libre designación. Estos puestos tambien pueden suprimirse.
El problema de raíz no es el funcionario, sino los políticos corruptos que han intentado reventar la función pública inflacionándola con innúmeros advenedizos puestos a servirse de la administración pública por votos. Esto es: la prostitución política de la Administración (así, con mayúscula), entre las cuales está la relevantísima, en un estado de derecho, Administración de Justicia. Ahora bien: ¿Hay algún partido político o político capaz y honesto? Permítame dudarlo.
Es necesario el recorte que se apunta, y aún más. Pero, en mi opinión, no es del todo correcto diferenciar entre funcionario y contratado laboral como si los primeros fueran castos y puros y los segundos todos puestos a dedo. Simplemente, porque eso no es cierto con carácter absoluto. Muchísimos funcionarios lo son tras años sin cuento de interinidad "digital" y después de oposiciones restringidas. Véase, por ejemplo, el caso de las universidades, donde quizá se acuse más profundamente. En ellas también trabajan profesores ayudantes, ayudantes doctores y contratados doctores, todos laborales y algunos sin convenio, convertidos en la práctica en meretrices del catedrático de turno. Fijémonos en contratados doctores, que son contratados laborales con carácter indefinido. Para ser contratado doctor ha hecho falta que un tribunal nacional examine el currículo de todos los aspirantes y haya declarado quién es apto y quién no. Y, después, se celebra un concurso oposición en la universidad donde se oferta una plaza, al que solo pueden presentarse quienes tenga tal acreditación. El nivel de exigencia en la investigación, más los años de experiencia acumulados como profesor, hacen que, por lo común, un contratado doctor consiga de inmediato tramos de investigación (evaluación favorable de la investigación en periodos de seis años, también por un tribunal nacional), pues los méritos que debe acumular para acreditarse son tantos como para eso. Ahora, con la ley actual, para ser catedrático debes haber conseguido un número determinado de tramos. Sin ellos, no puedes presentarte a una plaza. Pero antes de la entrada en vigor de esta ley, se podía llegar a catedrático con bagaje investigador igual a 0. De hecho, existen catedráticos con ningún tramo de investigación (es decir, sin investigación reconocida por falta de competencia o simple inexistencia). De los profesores titulares, mejor no hablar, entonces. Así que me pregunto, ¿quién es preferible que siga haciendo su trabajo? ¿el funcionario al que la propia administración reconoce como inútil, o el contratado laboral que ha demostrado saber hacer su trabajo y que, lamentablemente, debe someterse a la dominación jerárquica del funcionario iletrado?
Felicito al Sr. González por la valentía que demuestra en este artículo. Suscribo todo lo que dice.
Ahí es donde se puede empezar a recortar: Los metidos "a dedo", a la calle, mejor hoy que mañana. En todo caso, ojalá que se atreva, el MariAsno el-Rajao... pfff, creo que estamos soñando. Se debe hacer, pero ¿lo va a hacer este tío??
Para seguir recortando: TODAS las subvenciones a Cultura y a Sindicatos, y a partidos políticos. El que quiera pintar, que se busque un mecenas. Sólo hasta que pase la crisis, pero hasta que no esté pasada, ni un duro. Y políticos/sindicalistas, a vivir de las cuotas de sus afiliados. Con eso, recortamos el doble de lo que necesitamos.
Tercero: Fuera comunidades autónomas. Con eso, recortamos 10 veces lo que debieramos.
Hale, que estamos en otoño. Ya toca hacer limpieza, en todos los ámbitos.
Y cuando hayan recortado, veo bien que me hagan dar 23horas(20+15%) con niños, en vez de 20(18+15%), y que me bajen el sueldo otro 10%, que ya me han bajado el sueldo. Pero sólo entonces. Hasta que nos se hayan cumplido esas condiciones, si me ponen más horas de trabajo, aunque sea un minuto, y me bajan el sueldo (¡a la vez!!) aunque sea un euro, ME QUEJARÉ.
pd. No he hecho huelga, ni la haré. Aparte, que el año pasado la huelga, y el RECORTE (así, con mayúsculas), fue el año pasado, aquí en Murcia y Comunidad Valenciana. Y no salimos en las noticias. La huelga también fue política, a Valcarcel, e incluso hubo una agresión a un Consejero. Pero 1-2 días de Telediario. En Madrid, por menos recorte, hay más presencia en los medios
Cada puesto en la administración pública se traduce en una gran carga para la sociedad, y no solo por los gastos mencionáis de papel, electricidad, etc., sino por el intervencionismo que supone. Esos empleados están hay y hay que darles qué hacer: perseguir a los ciudadan y a las empresas, vigilarlos y expoliarlos.
No nos olvidemos que algunas comunidades autónomas "disfrutan" varios departamentos que cumplen o dicen cumplir la misma función que otros. Turismo, rural, etc. Hay tantos...
En la práctica se podrían cerrar muchas administraciones públicas. Que se lo pregunten a toda esa gente que hace cola en la oficina de Empleo. Se pone un sistema informatizado, que yo pueda consultar o realizar gestiones en cualquier momento. La de impuestos que se podrían bajar.