El presidente de la Generalidad, Artur Mas, quiere promover un tributo "temporal de carácter progresivo" que grave a las grandes fortunas en un momento en que, según ha señalado, es necesario un mayor esfuerzo de aquellos que más tienen.
Aunque no ha detallado las características del gravamen durante su intervención en el Debate de Política General que ha arrancado este martes por la tarde en el Parlamento, ha defendido que este tributo deberá "respetar el principio de equidad" y estará diseñado de forma que el coste de su aplicación no merme su recaudación.
Mas, que ha hecho un retrato crudo de la situación de las finanzas catalanas, ha defendido que la crisis impide que el Govern pueda rebajar la presión fiscal en los próximos meses, por lo que ha reconocido que en 2012 no se rebajarán los impuestos que el anterior gobierno tripartito incrementó en 2010.
"Entendemos que mientras dure la etapa de ajuste del gasto no podemos retornar las tarifas de estos impuestos al nivel anterior del incremento", ha señalado, aunque ha defendido la práctica supresión del impuesto de Sucesiones llevada a cabo este año para evitar la discriminación fiscal y por ser un compromiso programático de CiU.
Las dificultades económicas y la necesidad de ajustes han protagonizado los primeros compases del discurso de Mas, que ha ensalzado el trabajo de su Ejecutivo "para controlar y reducir el fuerte desequilibrio" de las finanzas de la Generalidad.
Como muestra de la precariedad económica de la Administración catalana, ha recordado que la única partida presupuestaria que crecerá en 2012 será la destinada a financiar los intereses de la deuda, que escalará hasta los 2.224 millones de euros, 766 más que este año.
Por ello, ha pedido implicación y comprensión a profesores y profesionales sanitarios ante los ajustes más polémicos, que amenazan con un 'otoño caliente' de protestas en sectores como la sanidad y la educación.
En el caso de la sanidad pública, Mas ha explicado que en 2010 el gasto real superó en más de 850 millones de euros el presupuesto autorizado por el Parlamento, una situación "insostenible" que se debe corregir, aunque se ha comprometido a hacerlo sin poner en peligro la calidad y las prestaciones del servicio.
Batería de medidas
Aunque no ha concretado muchas de ellas, el presidente ha presentado una batería de medidas que el Govern pretende impulsar este curso; la mayoría, para superar la crisis y volver a generar empleo.
Así, ha apostado por facilitar el acceso al crédito de las pymes, acometer una simplificación burocrática que facilite la actividad económica, un nuevo modelo para la formación profesional y un proyecto de ley de la Ciencia que sirva de referencia para la investigación en Cataluña.
Además, ha abogado por reestructurar la oferta de estudios universitarios, y ha esbozado una subida de los precios en la matrícula de las universidades públicas catalanas, aunque no ha detallado la propuesta.
El presidente ha fijado entre sus objetivos sacar adelante en el plazo de un año una ley de gobiernos locales que promueva una estructura administrativa "más racional y eficiente", así como la elaboración de una ley electoral catalana.
Mas también ha avanzado que el Govern llevará al Parlamento la ley del sistema de Policía de Cataluña, así como la elaboración de un nuevo Código Ético para la Policía catalana "que cuente con la participación de todas las instituciones, el consenso de los órganos policiales, sindicatos y de toda la sociedad".
El Ejecutivo catalán enviará también a la cámara una modificación de la Ley del Código de Consumo, en que "situará como cláusula abusiva la fijación de los intereses de demora cuando superen en 2,5 veces el interés legal del dinero".