Hay sectores a los que la crisis parece no afectar. Uno de ellos, el de los productos de lujo. Si a ese mercado se suma el esfuerzo, la ilusión y las ganas de trabajar de dos jóvenes emprendedores el resultado es IguanaSell.
Jose Gómez-Zorrilla Amate y Jorge Marco Blanco, dos amigos desde la infancia, son los socios y creadores de esta empresa de comercio on line que, en palabras de ellos, "es hija de la crisis", y que lejos de encontrarse en una situación complicada han multiplicado casi por dos su facturación en menos de un año. Cuentan con tres empleados y están empezando a incorporar uno más, aparte de diversos colaboradores y proveedores.
Pregunta (P): ¿Cuándo empezasteis vuestra andadura empresarial?
Respuesta (R): En 2006. Fue cuando montamos la sociedad y el modelo de negocio eran artículos a particulares que querían liquidar en Internet. Iguana se montó en ese momento como un negocio de segunda mano, ocupándose de la gestión de venta. Eso nos permitió conocer profundamente el negocio on line, las plataformas de venta como eBay pero, sobre todo, empezar a tener una buena reputación de gente seria, profesional, que los compradores nos valorasen bien.
P: ¿De dónde nació la idea de Iguana?
R: Queríamos hacer algo nuevo, dentro del comercio electrónico en el que estaba todo por hacer. Eran las ganas de emprender. Empezar en un campo nuevo como era éste hace casi seis años tiene ventajas porque te puedes convertir en una referencia, pero también inconvenientes porque no puedes inspirarte en nadie y a veces los problemas se complican.
P: ¿Qué productos vende IguanaSell?
R: Son productos de lujo o exclusivos y con un toque de coleccionista. Encendedores, plumas estilográficas, relojes... Orientado al coleccionista. Confiamos plenamente en las marcas que vendemos. Tienes que creer en tu propio producto, es una parte muy importante en tu negocio. Estamos comprometidos con nuestras marcas con el fin de no ser unos meros distribuidores. Es necesario arriesgarte con la marca.
P: ¿Cuándo y por qué cambió el modelo de negocio?
R: En 2009 decidimos que ese modelo tenía implicaciones complicadas en términos operativos y que nos limitaba la capacidad de crecimiento potencial. Fue en ese momento cuando aprovechando todo lo que habíamos aprendido nos reenfocamos al mundo del coleccionismo.
P: ¿Por qué centrarse en el mundo del lujo?
R: Porque era un nicho de mercado donde vimos un hueco para poder meternos. Ha influido mucho en nuestro crecimiento la presencia en los foros especializados del mundo del coleccionismo. A los coleccionistas de relojes, plumas y encendedores les encanta su afición y compartirla con otros en estos foros, donde se habla de Iguana y tenemos muy buena reputación. Son clientes potenciales.
P: ¿Cuál es vuestro volumen de negocio?
R: En el año 2010 facturamos aproximadamente 320.000 euros y para cierre de este año prevemos cerrar en 550.000 euros, aproximadamente. Hemos casi duplicado nuestro volumen de negocio. El 85% de nuestros clientes son extranjeros.
P: ¿Cómo habéis logrado sortear la crisis?
R: Primero y fundamental, trabajando mucho y durmiendo poco. Somos muy eficientes. Iguana es una compañía hija de la crisis, estamos acostumbrados a trabajar con una estructura pequeña, pero dinámica, con un inmovilizado al que sacamos mucho partido. El no haber estado trabajando durante las vacas gordas nos ha colocado en una posición mucho más elástica y dinámica.
P: ¿En qué se diferencia vuestra estrategia comercial con respecto a otras empresas similares?
R: Hemos creado un sistema de tecnología que nos permite vender simultáneamente un mismo producto en todas las plataformas en las que estamos a la vez (eBay, Amazon, nuestras páginas Web, foros, comparadores de precios), así tenemos una fuerza comercial muy grande. Es fundamental el posicionamiento, estar en todos lados.
P: ¿Cómo es el cliente de este tipo de artículos?
R: Son clientes razonablemente recurrentes. Estos son productos muy emocionales e incluso espirituales. Es un mercado de nicho, pero el cliente es fiel y agradecido.
P: ¿La acual situación de restricción de crédito os ha afectado?
R: La financiación es muy complicada, cara y pequeña, los plazos son interminables... Por eso nosotros hicimos una importante apuesta personal. La financiación de entidades se consigue tras cuatro o cinco años de presentar números negros de la empresa, viabilidad, etcétera.
P: ¿Cómo se superan las dificultades?
R: Te surgen situaciones con las que tienes que lidiar continuamente, necesitas más financiación, más producto, cómo mejorar el servicio... Hay que mejorar cada día. Es un camino largo y tienes que reinventarte cada día y sacar nuevas ideas, pero eso viene aparejado a una serie de problemas que tienes que resolver.
Cuando se tiene un problema delante no hay que verlo como un obstáculo sino que hay que verlo como algo positivo a medio plazo, pues cuando ese problema lo solucionas estarás mejor posicionado.
P: ¿Cómo veis la situación de España? ¿Es proclive para los negocios?
R: En el caso del comercio electrónico está creciendo bastante. Los huecos que va dejando la crisis pueden llenarse, pero la situación de este país nos invita al pesimismo más absoluto. La crisis ha dejado mucho cadáver por el camino. Hay cosas que se hacían mal, a pesar del entorno. Hay modelos de negocio que se habían quedado anclados en los 70 y estamos en 2011 y las cosas no pueden funcionar igual. Hay posibilidades de hacer muchas cosas, pero cambiando radicalmente los modelos de negocio y haciéndolos más eficientes.
P: ¿Qué consejo daríais a los nuevos emprendedores?
R: Primero que no se depriman, se pueden hacer muchas cosas, la crisis también da muchas oportunidades. Lo más importante es tener ilusión por lo que vas a hacer y que te guste. Emprendedor eres las 24 horas, todo el día estás pensando en qué puedes mejorar en tu negocio.
Es fundamental formar equipo, rodearte de gente que pienses que es mejor que tú y que te pueden aportar cosas y que tengan, por supuesto, ilusión y energía. Es importante el apoyo de tu familia y tu pareja, y ser perseverante. Hay gente que está centrada en que se le ocurra una gran idea y no se da cuenta de que hay muchas buenas ideas que no van a ningún lado e ideas normales que arrasan. La diferencia entre ambas es la ejecución, en cómo haces las cosas.