Grecia anunciará este miércoles nuevas medidas de ajuste para garantizarse la recepción de una ayuda urgente de 8.000 millones de euros de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin la cual deberá suspender pagos en octubre, según ha confirmado el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
"Estamos haciendo y haremos todo lo que sea necesario. No pondremos el destino del país en riesgo", ha dicho Venizelos en una comparecencia parlamentaria, en la que no ha adelantado en qué consistirán los nuevos ajustes.
Según los medios griegos, las medidas incluirán más despidos en el sector público, recortes en las pensiones y salarios de los funcionarios, un aumento en el impuesto sobre el fuel para calefacción y una ampliación de la tasa inmobiliaria que ya se anunció en las últimas semanas. La mayor parte de estas iniciativas estaban ya previstas en el plan de ajuste pactado por Grecia con la UE y el FMI, pero su puesta en práctica se adelanta y se hará de forma inmediata.
Venizelos ha dicho que Grecia está siendo "chantajeada" por los mercados y ha acusado a la UE de reaccionar a la crisis con excesiva lentitud. "En tanto que sistema institucional que gestiona una moneda común expuesta a ataques de los mercados internacionales, Europa no puede gestionar esta crisis con la contundencia, velocidad y eficacia necesarias", ha dicho.
No obstante, el ministro de Finanzas griego también ha reconocido que "si no fuera por el control de la 'troika' (de la Comisión, el Banco Central Europeo y el FMI) desafortunadamente habríamos descarrilado fiscalmente".
Los inspectores de la UE y el FMI tienen previsto regresar a Atenas a principios de la semana que viene tras los "buenos progresos" registrados en la teleconferencia que celebraron este martes con Venizelos. La vuelta a Grecia significa que el acuerdo para desbloquear el tramo de 8.000 millones de euros está cerca.