La desconfianza acerca de la solvencia de la banca francesa sigue creciendo. El grupo alemán Siemens retiró hace dos semanas 500 millones de euros de un gran banco galo para depositarlo en el Banco Central Europeo (BCE), según informa Financial Times. Se trata de una noticia relevante, ya que da buena cuenta de la incertidumbre que está sufriendo el sistema financiero francés, uno de los más expuestos a la deuda griega.
De hecho, el gigante industrial ha colocado entre 4.000 y 6.000 millones de euros en BCE, básicamente, a través de depósitos a una semana. Siemen ha empleado para ello su licencia bancaria, obtenida a finales de 2010. La compañía decidió crear su propia firma financiera en un movimiento algo inusual para un grupo industrial más allá del sector del automóvil. El pasado diciembre, Roland Châlons-Browne, jefe ejecutivo de los servicios financieros de Siemens, señalaba que esta idea surgió para tratar de aprovechar las líneas de liquidez concedidas por el BCE a fin de combatir la crisis financiera: "En el caso de otra crisis financiera vamos a ser capaces de ampliar nuestra flexibilidad y asumir riesgos con nuestro propio banco". La compañía emplea sobre todo su entidad para financiar ventas.
Siemens no sólo acude al BCE para refugiarse sino que también lo aprovecha para sacar algo de rentabilidad, ya que obtiene por sus depósitos un tipo de interés ligeramente superior al de un banco comerial. El BCE abonó la semana pasada un interés medio del 1,01% por sus depósitos regulares a siete días.
El banco de Siemens tiene su sede en Munich, Alemania. Siemens Bank es una subsidiaria de Siemens AG y actúa como una empresa independiente, emplea a unas 100 personas, principalmente expertos en el área de gestión y control de riesgos, así como especialistas en la gestión y estructuración de créditos.