El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reúne este jueves y todo parece indicar que va a mantener los tipos en el 1,5% con vistas a bajarlos a medio plazo, dando así marcha atrás a las subidas de abril y julio de este año.
Antes de cada una de estas citas periódicas del BCE para decidir su política monetaria suele tener lugar otra reunión más desconocida, pero igualmente importante, del llamado "Consejo en la Sombra" del banco central. Se trata de un comité independiente de expertos creado en 2002 a iniciativa del periódico financiero alemán Handelsblatt, y formado por destacadas personalidades del mundo académico, instituciones financieras, consultoras y centros de investigación. Los miembros de este Consejo hacen sus propias previsiones macroeconómicas y mensualmente dirigen a la cúpula del BCE sus propuestas monetarias, aunque no son vinculantes.
La semana pasada, el Consejo en la Sombra del BCE revisó a la baja las previsiones de crecimiento para este año y el próximo y también redujo ligeramente sus previsiones de inflación. Por ello, este comité de expertos abogó por una política monetaria más laxa en la zona euro. La mayoría de sus miembros, además, se mostraron a favor de que el banco central siga comprando, de momento, deuda pública de España e Italia. También fue mayoritaria la opinión de ofrecer más liquidez al sector bancario europeo mediante vencimientos más dilatados.
Bajada de tipos
Según informó el mismo Handelsblatt, el Consejo se reunió el pasado 1 de Septiembre , aprobando por una mayoría de cuatro quintos mantener inalterada la actual política monetaria, aunque con un cierto sesgo a favor de bajar los tipos de interés.
En concreto, tres de los quince miembros votaron a favor de una reducción inmediata de 50 puntos básicos en los tipos, hasta el 1%, aunque en su mayoría prevén que durante los próximos seis meses permanecerán en el 1,5% actual. De hecho, otros seis se mostraron favorables a que este mismo jueves el BCE anuncie que mantendrá los tipos en el nivel vigente, aunque aconsejan al presidente del organismo, Jean Claude Trichet, que se muestre abierto a bajarlos si sigue empeorando el ambiente económico. Cinco se mostraron a favor de que el banco central mantenga su actual política sin pronunciarse a favor ni de subidas ni de bajadas. Finalmente, un único miembro de los quince, Jörg Krämer, del Commerzbank, se decantó por mantener los tipos mostrando un sesgo a favor de subirlos.
Los mercados de futuros sobre los tipos, sin embargo, sí que están previendo esa bajada de 50 puntos básicos durante los próximos seis meses.
Seguir comprando bonos
Por otro lado, la mayoría de los miembros de este particular Consejo en la Sombra se mostró a favor de que el organismo monetario haya reactivado su programa de adquisiciones de bonos españoles e italianos. Es más, una buena parte urgió a Trichet a mantener estas adquisiciones tanto como sea necesario en lugar de finiquitarlo a corto plazo, tal y como aconteció en el verano de 2010.
Sin embargo, es muy razonable pensar que tanta laxitud monetaria podría tener consecuencias muy negativas. En este sentido, varios miembros mostraron su preocupación ante lo que consideran adquisiciones incondicionales a gran escala que podrían socavar el incentivo para que los gobiernos corrijan sus déficits de forma rápida y decisiva. En efecto, es cuanto menos poco coherente que desde las instituciones europeas se pida a los gobiernos de España e Italia que controlen y reduzcan mucho más sus gastos y, simultáneamente, estos mismos organismos se dediquen a financiar incondicionalmente esos gastos descontrolados.
El Consejo defendió la compra de estos bonos por parte del BCE, calificándola como un instrumento para corregir las distorsiones del mercado y acordó que, por lo tanto, no debería considerarse como un instrumento para relajar la política monetaria. En este sentido, consideró que tal relajación debería aplicarse en primer término mediante las ya mencionadas reducciones de tipos de interés.
Más liquidez para la banca
En lo que no hubo discrepancias fue en la necesidad de que el BCE siga ofreciendo liquidez al sector bancario, dada la sequía crediticia que padece el interbancario. Para ello, instaron unánimemente al banco central a declararse claramente a favor de ofrecer a los bancos liquidez ilimitada. Concretamente, pidieron mayores plazos de vencimiento que los actuales (previsiblemente, créditos extraordinarios a 12 meses).
Sin embargo, ayer martes, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en una entrevista a la CNBC, declaró que las actuales medidas de liquidez adoptadas por la UE para atajar la actual crisis bancaria y de deuda soberana no serán suficientes.
"Han intentado inyectar dinero, lo han intentado durante el mes pasado...", dijo, "el BCE ha comprado muchos bonos. Pero creo que lidiar con estos problemas mediante medidas de liquidez no será suficiente". Zoellick insistió en que es necesario adoptar otro tipo de medidas y, aunque no concretó ninguna, afirmó que "tendrán que adoptarlas los gobiernos y apoyarlas los parlamentos" y no los consejos de gobierno de los bancos centrales. En este sentido, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, abogó por emplear el Fondo de rescate europeo para recapitalizar (salvar) directamente a la banca.