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Algunas claves de la operación sobre Repsol

Un crédito de 5.000 millones estaría detrás de las prisas de Del Rivero por asaltar Repsol.

La operación de Sacyr y Pemex sobre Repsol ha ocupado las primeras páginas de los periódicos económicos durante días. Consiste en que el primer accionista de Repsol, Sacyr Vallehermoso, ha llegado a un acuerdo con la petrolera mexicana Pemex (controlada por el Gobierno mexicano) para llevar una estrategia conjunta en Repsol y sindicar sus acciones que sumarían el 30% del capital social de Repsol. De este modo, buscan obtener un consejero más en el Consejo de Administración e influir en la toma de decisiones.

¿Qué busca Sacyr con la operación?

El interés de Del Rivero en Repsol se remonta varios años atrás. Del Rivero se hizo con el 20% de Repsol en 2006 (operación a la que no se opuso el PSOE). Lo hizo en el marco de un cambio de estrategia de la constructora. Decidió diversificar su negocio, hasta entonces dedicado casi en exclusiva a la construcción. En aquel entonces el precio de la acción de Repsol superaba los 26 euros (ahora ronda los 20).

Para llevar a cabo esta operación obtuvo un crédito de 5.000 millones de euros a 5 años y sindicado en varias entidades, de las que destacan Santander, Bankia, Citi, Credit Agricole, más una larga lista hasta una veintena de entidades, muchas de ellas cajas que ahora atraviesan serias dificultades, como la CAM).

La situación financiera por aquel entonces, así como la salud del negocio inmobiliario (principal actividad de Sacyr) distan mucho de la que se vive a día de hoy y el crédito de Del Rivero vence el próximo 21 de diciembre, fecha en la que tiene que hacer frente a un compromiso de pago de más de 4.900 millones de euros.

La operación con Pemex –que ha pillado de sorpresa al presidente Brufau y a su principal socio en Repsol y segundo accionista, La Caixa- persigue obtener el control de la compañía y cambiar el rumbo estratégico de la petrolera.

Por un lado, con cerca del 30% del capital social, Sacyr y Pemex quieren obtener un quinto asiento en el consejo de administración y separar las figuras de Consejero Delegado y de Primer Ejecutivo de la compañía que actualmente confluyen en Antonio Brufau.

Precisamente, ya a finales de 2009 Del Rivero se enfrentó a Brufau para forzar un dividendo mayor al que proponía su presidente. En cambio, el límite de los derechos de voto que aplicaba Repsol mermaba el poder de decisión de Del Rivero que quería imponer su 20% en la entidad.

Ahora, dos meses después de que entrara en vigor la Ley de Auditorías (conocida como Ley antiblindaje que elimina los límites a los derechos de voto en las compañías cotizadas) Del Rivero se alía con la mexicana Pemex para hacer valer no su 20% en el Consejo de Administración y en el voto de las decisiones sobre políticas de dividendos, sino el 30% que alcanza con su alianza mexicana.

¿Y qué haría Sacyr si consigue sus objetivos en el Consejo de Administración?

Los analistas, apoyándose en fuentes cercanas a la operación, señalan que tratarían de vender el porcentaje de Gas Natural en Repsol y cambiar la política de dividendos. De este modo, y teniendo en cuenta que el préstamo sindicado que tiene Del Rivero se respaldó con las acciones adquiridas en 2006, el primer ejecutivo de Sacyr podría satisfacer su compromiso de pago.

Por su parte, Cinco Días ha destacado que la constructora ha dejado pasar la opción más clara para aplazar el vencimiento del crédito de 4.908 millones que respalda su participación en Repsol. Se trata de la prórroga de un año que la constructora podía haber activado de forma automática, según indican a este periódico fuentes financieras, hasta el pasado 31 de julio.

La posición de Repsol

Sacyr y Pemex cuestionan, como es público y notorio, la gestión de Brufau al señalar que Repsol "no está valorada adecuadamente" y que se comprometen a adoptar las medidas tendentes a que el mercado reconozca su "verdadero potencial".

Además, también señala que la operación cuenta con el visto bueno de Miguel Sebastián, ministro de Industria, cuyo pasado como una de las manos que movía los hilos del Asalto a Endesa y al BBVA desde su puesto como asesor económico de la Moncloa levanta sospechas en las filas del PP. Un partido que podría gobernar a partir del próximo 20-N.

Tanto Sacyr como Pemex se reunieron con Sebastián para garantizar la "españolidad" de la compañía si finalmente el poder cambia de manos en la cúpula de la petrolera. Una fórmula que recuerda a la de los campeones nacionales que marcó el asalto a Endesa y la salida de la puja de la alemana E-On, "caballero blanco" de Endesa en aquella operación que acabaron llevándose a casa Acciona y la pública italiana Enel.

El pasado fin de semana apareció en escena el ex presidente del Gobierno Felipe González -ahora asesor del magnate mexicano Carlos Slim- y señaló, al contrario de lo que defiende Sebastián, que la españolidad de Repsol no estaría garantizada.

Así las cosas, el presidente de Repsol está estudiando todas las opciones legales y empresariales que se le abren para contrarrestar el peso que supondrá la alianza sellada entre Sacyr y Pemex. "Se abren muchos escenarios", señalan fuentes cercanas a la dirección de la petrolera, si bien la que tiene más fuerza es la estrategia de "dar valor al 100% de los accionistas". Según El Mundo, Brufau ha pedido al Gobierno que se movilice para frenar la operación, con el objetivo de proteger "la españolidad" de la petrolera.

Este lunes, además, solicitaba a la Comisión Nacional de la Energía que analizara la alianza de Pemex y Sacyr.

¿Qué pasa con La Caixa?

Ante este escenario, Sacyr necesitaría el apoyo manifiesto de La Caixa, propietaria de un 12% de Repsol, aunque todo parece indicar que Fainé dará su apoyo a Brufau. Como ya ocurrió en el primer intento de asalto a Repsol en el que cuestionó a Antonio Brufau como presidente a finales de 2009.

Casi dos años después del primer arreón de Luis del Rivero, la encrucijada de La Caixa sigue siendo muy parecida. Presumiblemente tratará de mantener a su candidato en el puesto de presidente o alinearse con los intereses del primer accionista, que ahora cuenta además con el apoyo firme de un segundo socio, además de perfil industrial como Pemex. En este escenario, su 12% del capital tiene mucha menos fuerza, pero sigue desempeñando un papel determinante para el juego de las mayorías que se libraría en el consejo de administración y en la junta de accionistas.

Lo que es innegable a estas alturas es que Del Rivero ha logrado con esta operación ganar opciones de evitar que su apalancamiento le condujera a una situación muy delicada.

¿Y con Gas Natural?

Es aquí donde entra en juego gas Natural-Fenosa. La participación que La Caixa tiene como socio de referencia en la eléctrica (controla el 37%) puede cambiar si finalmente Sacyr y Pemex logran vender el 32% que Repsol tienen en la gasista. Serán Nin y Fainé quienes dibujen la estrategia. De momento guardan silencio sobre a quién apoyarán y se limitan a decir que se pronunciarán cuando se reúna el consejo de administración.

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