Los ayuntamientos españoles se aprietan el cinturón. El descuadre de cuentas de las administraciones locales está obligando a los municipios a recurrir a todo tipo de recortes para ahorrar. El último en aplicar un "tijeretazo" a sus presupuestos ha sido el Ayuntamiento de Murcia y lo ha hecho de una forma muy peculiar: apagando la luz por la noche en sus avenidas de nueva creación, según informa laopiniondemurcia.es.
El municipio de Murcia tiene en la actualidad más de 92.000 farolas en funcionamiento y el Consistorio ha decidido no dar la luz en 13.000 (o lo que es lo mismo, en 1 de cada 7) para ahorrar cerca de 2 millones de euros en la factura eléctrica, antes del "apagón" el Ayuntamiento realizaba un desembolso anual cercano a los 15 millones.
La concejalía de Obras y Servicios Comunitarios ha sido la encargada de desconectar cada noche la mitad de las luminarias que han sido instaladas en nuevas avenidas murcianas. También han comenzado a apagar de forma automática en las últimas carreras construidas, una farola sí y una no, para garantizar la seguridad vial.
Dos millones de euros que servirán para tapar una pequeña parte de la deuda contraída con entidades financieras a corto y largo plazo que supera los 200 millones de euros (el presupuesto total del Ayuntamiento es de casi 600 millones de euros).
Murcia toma ejemplo de otros ayuntamientos
No solo el Consistorio murciano ha puesto en marcha un plan estratégico para ahorrar en la factura de electricidad, otros pequeños municipios españoles ya lo llevan haciendo desde el pasado año y los resultados, aunque impopulares, suponen siempre un desahogo para las arcas locales.
En octubre de 2010, el Ayuntamiento de Alcudia (Mallorca) desarrolló unas medidas encaminadas a reducir el gasto eléctrico consistentes en apagar por las noches una de cada tres farolas situadas en el casco histórico de la ciudad, la luz que resaltaba las fachadas de instalaciones públicas, los focos que iluminan algunos monumentos emblemáticos y los que iluminaban algunos pabellones deportivos.
También en 2010, el Ayuntamiento de Mollerussa (Lérida) decidió recortar el 25% (767 farolas) de su alumbrado público desconectando las luces en varias calles peatonales, pero manteniendo las de sus carreteras. El ahorro previsto: 120.000 euros en la factura.
Otro ayuntamiento ahorrador ha sido el de Zaragoza, que en abril de 2010 suspendió el servicio de cerca de 1.000 farolas en la ciudad. Apagar totalmente una farola, hacerlo solo en una lámpara y dejar en funcionamiento dos de los brazos restantes, o reducir a la mitad la potencia del 68% del alumbrado público son algunos de los trucos que viene utilizando este organismo para "racionalizar" el recibo de la luz.