El momento ha llegado. Gallardón se ha comprometido a no embarcarse en la construcción de ninguna obra pública en 2012. Un ayuntamiento endeudado con cerca de 6.000 millones de euros ha sido el motivo que ha llevado al alcalde de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, a tomar una decisión tan importante como tardía: restringirá las actividades "prescindibles" de la capital en los Presupuestos de 2012, aseguraba en declaraciones al diario ABC.
"Un presupuesto austero y restrictivo" ha sido la definición que Ruiz-Gallardón ha escogido para su presupuesto municipal, muy lejos de los cálculos que hace un año le situaban como el Ayuntamiento más despilfarrador de España.
El jefe del consistorio madrileño ha asegurado incluso, que "en estos momentos tenemos: un presupuesto muy restrictivo, que desde luego va a contribuir, como ha hecho Madrid desde el comienzo de la crisis, a ese criterio de austeridad y de solidaridad nacional".
Gallardón también ha prometido que sus cuentas cuadrarán sin acudir a nuevos impuestos ni a nuevas tasas para los madrileños, todo un detalle si se tiene en cuenta que es en su término municipal donde se pagan los impuestos más altos de toda la región.
Hay servicios y actividades cuya desaparición ya se han anunciado: dos ejemplos son la campaña de recogida de la hoja o la de retirada de muebles viejos, que se suprimieron meses atrás dentro del Plan ahorro de Ruiz-Gallardón; otro es la Noche en Blanco, que ha pasado a convertirse en bienal.
Y si por algo es conocido Gallardón es por su gusto por las obras públicas, una afición de la que ha garantizado que prescindirá el año que viene anunciando que ya no habrá más obras nuevas, salvo las que paguen organismos privados o las que están a medias y deben terminarse.
Un Plan Económico-Financiero con un presupuesto que rondará los 4.500 millones de euros (1.500 millones menos que en 2008) pero del que no se recortará de los gastos de personal ya que la plantilla municipal se va a quedar como está, explica.
Para ahorrar, Gallardón tiene intención de unificar los contratos de los servicios que prestan grandes concesionarias al Ayuntamiento y reducir los más de 50 que existen a día de hoy a 6. Será que una única empresa se ocupe de todo: la limpieza viaria, la recogida de basura, el mantenimiento semafórico, el alumbrado y hasta la vigilancia de los parquímetros. Con esta medida asegura que el consistorio ahorrará 100 millones de euros.
Después de explicar un gran número propósitos, el alcalde aclara que para que las cuentas cuadren el Gobierno Central debe aceptar cambiar la Ley de Haciendas Locales que le permitirá a la capital española, refinanciar su deuda ordinaria, unos 300 millones de euros anuales. Ahora, la norma permite refinanciar dicha deuda para invertir, pero el Consistorio quiere que esto se modifique para que pueda también pagar los créditos que vencen en el ejercicio. Así, justifican, sería más rápido ponerse al día con los proveedores, a los que se deben unos 90 millones de euros. Zapatero ya le ha negado está petición anteriormente al alcalde y todo apunta a que no piensa cambiar de decisión.