El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha destrozado este lunes las previsiones económicas del Gobierno español. En los últimos años, los pronósticos del organismo han diferido, casi siempre a la baja, respecto a los ofrecidos por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, lo que destaca en esta ocasión es la gran diferencia entre las apuestas de uno y otro.
Así, el organismo dirigido por Christine Lagarde prevé que la economía española crezca apenas un 0,7% en 2011 y un 1,3% el año que viene (una y tres décimas menos que en su último informe). Esto quiere decir que el FMI anticipa que España no sólo no saldrá del actual estado de atonía en lo que se refiere al crecimiento económico, sino que además se ralentizará aún más en los próximos meses.
Mientras, el Gobierno continúa con su habitual optimismo. En el Informe de Posición Cíclica que el Ministerio de Economía presentó hace unos meses y mantiene en su web, el equipo de Elena Salgado prevé un crecimiento para este año del 1,3% (el mismo incluido hace un año en los Presupuestos Generales del Estado) y el 2,3% para 2012. Desde el principio, fueron numerosos los analistas que desecharon los PGE por ser demasiado optimistas, algo que parece confirmarse según pasa el tiempo.
Deuda pública y sector exterior
Además, hay que tener en cuenta que si se confirmase lo previsto por el FMI, la economía española tendría grandes problemas para cumplir con su objetivo de control del gasto público y reducción del déficit. Un crecimiento más reducido implica menos ingresos a través de impuestos (menos beneficios empresariales, sueldos más bajos, menos consumo, etc...) y al mismo tiempo más gastos (más paro y prestaciones sociales).
En estos momentos, el principal problema de la economía española es el control de las cuentas públicas. Incluso, la preocupación ha llevado a los partidos a plantear un cambio constitucional contra el déficit público. Una ralentización en el crecimiento que aumente la tensión sobre las arcas del Estado será muy difícil de manejar por cualquier Gobierno que salga de las urnas. Con la prima de riesgo cercana a los 300 puntos, cualquier noticia negativa en este sentido será muy mal recibida por los inversores.
Por otro lado, el informe del FMI deja otra incógnita que se suma a las que se ciernen sobre la economía española. Según el organismo, todas las grandes economías europeas sufrirán en el próximo año y medio. Alemania, Francia o Italia crecerán menos de lo previsto (al igual que EEUU). Sólo el sector exterior había dado buenas noticias en los últimos meses. Si ahora, sus principales mercados también se enfrían, no quedará ningún asidero al que agarrarse.
De esta manera, el FMI ha rebajado la previsión de crecimiento de Italia al 0,8% en 2011 y al 0,7% en 2012, lo que supone un recorte de dos y seis décimas, respectivamente, mientras en el caso de Francia la rebaja es de tres décimas para ambos ejercicios, cuando espera una expansión del 1,8% y del 1,6%. En el caso de Alemania, la actualización del informe ratifica un crecimiento del PIB del 3,2% en 2011, pero rebaja cuatro décimas la expectativa de 2012, hasta el 1,6%.