En los veinticinco días que han transcurrido en el presente mes de agosto, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha no ha publicado ni una sola convocatoria de subvenciones públicas, ofreciendo así una imagen inédita en la inmensa mayoría de los boletines oficiales de las comunidades autónomas, especialmente cuando han sido gobernadas por el PSOE.
Por el contrario, del examen del diario oficial castellano-manchego correspondiente al mismo periodo del año 2010, resulta que en esos mismos veinticinco primeros días de agosto del año pasado se convocaron ocho programas de subvenciones destinados a asuntos tan variopintos como la sustitución de ventanas en los domicilios privados, subvenciones directas a los empresarios de cuchillería y afines, a empresas de artes gráficas, a alumnos en prácticas, a la creación de una red de "informadores juveniles" en el territorio de la comunidad autónoma, a la movilidad de universitarios, a cursos de cualificación para los participantes en las escuelas taller y, finalmente, al reparto de frutas a los niños de los centros escolares.
El ejecutivo de María Dolores de Cospedal, bien por convicción ideológica o por escasez de fondos (o tal vez a una mezcla de ambos motivos) ha cortado de raíz, al menos en este mes, el despilfarro en subvenciones de que hizo gala su antecesor el año anterior, en que la escasez de fondos a causa de la crisis económica y la necesidad de recurrir a la financiación externa ya eran el principal problema de todas las comunidades autónomas.
En todo caso, es evidente que Castilla-La Mancha tiene ahora un gobierno que se toma en serio la necesidad de acabar con el derroche subvencionador que caracteriza al socialismo.