El gobierno alemán insistió este miércoles en su rechazo a cualquier condición especial para Finlandia a cambio de su aprobación del rescate griego, puesto que considera que iría en detrimento del resto de los socios de la eurozona.
El portavoz del gobierno de Angela Merkel, Steffen Siebert, hizo hincapié en que no puede haber un trato especial para uno de los países, sino una solución consensuada entre todos los socios para responder a los recelos finlandeses al rescate griego, informa EFE.
La decisión de Finlandia de pactar bilateralmente con Grecia unas garantías especiales a cambio de participar en el rescate heleno ha desatado críticas en varios socios de la eurozona, como Holanda y Austria, que reclaman el mismo trato para todos.
El acuerdo bilateral entre Helsinki y Atenas precisa de la aprobación de todos los socios, por lo que Finlandia, por su parte, ha respondido afirmando estar dispuesta a negociar cómo deben ser esos avales, pero advirtiendo de que no renunciará a ellos.
La controversia alrededor de esas garantías especiales para Finlandia ha agudizado las disonancias en las filas de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel en torno a la reforma del fondo europeo de rescate (EFSF, en sus siglas en inglés).
La canciller salió ayer al paso de una propuesta presentada por su ministra de Asuntos Sociales y Trabajo, Ursula von der Leyen, a favor de usar las reservas de oro como garantía de los países endeudados que recurran al fondo.
Merkel rechazó esa propuesta, horas después de su formulación por parte de su ministro, con el argumento de que no se van a pedir condiciones especiales, tal como pretende Finlandia.
Von der Leyen pretendía con su propuesta dirimir las diferencias en las filas de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Merkel, y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) respecto al paraguas de rescate.
La cúpula de la CDU decidió el lunes la formación de una comisión, de la que forman parte Von der Leyen y el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en busca de soluciones de consenso para la reforma del EFSF, que Merkel quiere someter al voto del Parlamento el próximo 23 de septiembre.
El rechazo de parte de sus filas se fundamenta, sobre todo, en la consideración de que el paraguas de rescate crearía, de facto, un mecanismo de transferencias automáticas a los países endeudados.
Se da por hecho que la reforma será aprobada por el Bundestag, puesto que parte de la oposición ha anunciado que la respaldará.
Sin embargo, Merkel quiere asegurarse de que lo hará con una mayoría propia -es decir, con el voto cerrado de sus filas- porque lo contrario dejaría en entredicho su liderazgo.