CostaDor:
Si lee el libro que le he recomendado, tal vez comprenda que la labor de los especuladores es tan constructiva, conveniente, y hasta necesaria para nuestra sociedad, como puedan serlo muchas otras actividades, incluidas muchas de las manufactureras.
Y tal vez comprenda que muchas veces los especuladores se tornan en víctimas de las decisiones que toman personas que no se dedican a estas actividades, y encima se convierten en cabezas de turco frente a toda la sociedad.
La especulación es es una actividad extremadamente especializada, sobre la que desembocan en extremo simplificadas todas las esencias de la vida. Es la esencia misma de la competencia biológica en su estado más crudo, reflejada por medio de la esencia misma de la competencia económica, también en su estado más crudo.
No hay nada que dulcifique la crudeza de los mercados financieros. Son absolutamente implacables, y por eso los políticos les tienen pánico; por eso intentan restringirlos o controlarlos cuando no hacen lo que ellos quieren. Lo que no comprenden es que esos intentos por restringir su sabio albedrío, que es igual al de la suma del de todos sus intervinientes, nunca logra otra cosa que no sea volverlo más fiero.
Los mercados financieros no aceptan componendas; cuando las cosas no se hacen bien, castigan sin misericordia alguna. Y no lo hacen por falta de moral, sino como consecuencia de la imprudencia de quienes no actuaron correctamente. No se les puede culpar por inmorales, del mismo modo que no se puede culpar por inmoral a la ley de la gravedad, por dejar que nos precipitemos desde una ventana. Quien haga equilibrios sobre una cornisa debe saber a lo que se arriesga, y debe asumir que la responsabilidad es únicamente suya.
Nadie suele comprender la figura del especulador, ni nadie suele conocer personalmente a uno de estos "especuladores". Lo que es mucho peor, nadie suele saber que él mismo es un especulador, o tiene contratados a media docena de ellos para que gestionen adecuadamente sus duramente obtenidos ahorros.
En el preciso instante en el que usted se enfade con su banco porque la valoración de sus ahorros ha descendido en su plan de pensiones o fondo de inversión, en el preciso momento en que decida usted retirar sus ahorros porque no confía en que continúen perdiendo valor, estará actuando como esos especuladores que dice detestar, con la cordura necesaria para cortar sus pérdidas antes de que sea demasiado tarde y, por ejemplo, el estado griego no pueda pagar sus deudas.
CostaDor:
Nada, que ha terminado usted por ablandarme el corazón. Reconozco que yo también, hace muchos años, pensé como usted. Yo era un chaval en una época en la que acceder al mercado de valores, (en aquel momento los valores cotizaban en corros) era algo sólo para iniciados.
Hoy en día las cosas son mucho más fáciles, pero para mucha gente los mercados financieros continúan siendo algo hermético y desconocido; ese parece ser su caso. Voy a recomendarle un libro ameno muy clarificador, que tal vez le abra los ojos sobre muchos aspectos que quizás desconozca sobre los mercados financieros.
El libro en cuestión se llama "Psicología del mercado bursátil", el autor es Lars Tvede y la editorial es Ediciones Deusto. Si estuviera descatalogado (que no creo, porque es un libro propenso a la reedición, especialmente en estos tiempos), puede descargarlo usted en el emule, donde lo encontrará en varios formatos.
Tal vez llegue con esa lectura incluso a comprender que la labor de los llamados "especuladores financieros" es tremendamente ardua, trabajosa en extremo, y requiere de cualidades y aptitudes personales de las que no todo el mundo dispone.
Le menciono, por ejemplo: Una disciplina férrea. Capacidad para controlar las propias emociones. Una capacidad reflexiva poco común. Capacidad para enfrentarse con calma a problemas que pocas personas lograrían superar. Capacidad para manejarse entre el pánico con la soltura necesaria para tomar las decisiones que todo el mundo sabe que son correctas pero nadie se atreve a tomar. Capacidad para no dejarse llevar por el pánico de las pérdidas, ni por la euforia de las ganancias.
Si el especulador no dispone de alguna de estas capacidades personales, junto a otras que segurmente olvido, probablemente estará destinado a la ruina inmediata, salvo por golpe de suerte. Lo bueno del mercado de valores es que es un magnífico entrenamiento para aprender esas capacidades, que efectivamente pueden aprenderse. Por eso, y con la debida prudencia, se lo recomiendo.
CostaDor:
No se lo tome a mal, pero no señor mío, no es eso. Lo que niego radicalmente es que sus razones morales tengan fundamento alguno. Lo que digo es que ha hablando usted sobre un aspecto de la realidad que no conoce, y se ha permitido moralizar sobre él, como por otra parte hace mucha gente.
Lo que me permito recomendarle es que, antes de aceptar las ideas morales preconcebidas socialistas que demuestra tener, y que otros le han inculcado, se moleste un poco en leer sobre los mercados financieros y, si no es suficiente, abra una cuenta en una agencia de valores y especule usted, especule unos cuantos años. Así entenderá porqué se equivoca usted. Le recomiendo el artículo que sobre el asunto acaba de publicar el señor Rallo:
_http://www.libremercado.com/2011-08-12/juan-ramon-rallo-especulacion-buena-especulacion-mala-60646/
[Demóstenes] «Aquellos que quieren JUGAR... que vayan a los casinos»
Sí eso... Que vayan a especular a Betfair en apuestas deportivas de intercambio, pero que no especulen mucho que luego les entra ludopatía y tenemos que hacer leyes del juego para curarles... el bolsillo.
¡Vaya panorama! Los boches prohibiendo las ventas a corto (de los demás, claro, que las suyas no las tocan). Y los gabachos diciéndonos la fruta que debemos vender y la que no.
Mientras tanto aquí hablando de espíritus cristianos y perrofláuticos.
Apreciado Herbert:
Hay que ser más humilde en esta vida.
Veo que contesta a mi opinión desde un punto de vista tecnocrático, del cual seguro que usted cree saber mucho. No lo pongo en duda.
Sin embargo, yo opino desde otro punto de vista. Yo expongo mis ideas desde un punto de vista moral, ético, humano. Es evidente que, por sus propias palabras, ambos puntos de vista son antagonistas.
Para usted prima la concepción técnico-económico-financiera de nuestra realidad.
En cambio, para mí, prima una visión cristiana de nuestro mundo y de nuestra realidad. Lo ético, lo moral y lo humanista es aquello que nos diferencia de los seres puramente mecánicos que sólo entienden de "DEBE" y "HABER".
No insistiré más en ello, pues es imposible que un ciego vea si éste no quiere ver y además no tiene ojos para hacerlo.
Como digo, hay que ser más humilde en esta vida y no pensar que por saber cuatro reglas básicas sobre mercados financieros se es algo o alguien superior a los semejantes.
Demóstenes, desde la Costa Dorada.
Y por este mecanismo ¿Cuántos consiguen hundir empresas forzándolas a cotizar artificialmente a la baja?
¿Cuantas empresas no empiezan a cotizar a la baja porque lanzan bulos sobre ellas?
Esta especulación es simplemente usura y delito.
Opino como CostaDor.
Hay que primar el esfuerzo, la creación, la inversión.
Todo lo demás es permitir que los más golfos esquilmen a los trabajadores honrados.
CORRUPCIÓN EN CATALUÑA
No se pierdan por nada del mundo
la TERTULIA POLÍTICA de esRADIO
en La noche de Cesar, del 28 Julio 11
donde intervienen:
JOSÉ GARCÍA DOMÍNGUEZ
(periodista de investigación, gallego,
afincado en Bcn desde los 4 años
y ex PSUC)
CRISTINA LOSADA
(periodista gallega)
CARMELO JORDÁ.
Para los internautas les dejo la web siguiente:
<object width="400" height="324"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/kbzVzX42kV0&hl=es&fs=1"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/kbzVzX42kV0&hl=es&fs=1" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="400" height="324"></embed></object>
No se lo pierdan y pasen copias a toda persona interesada
en desmantelar de una vez por todas la CORRUPCIÓN ECONÓMICA
E IDEOLÓGICA EN CATALUÑA QUE SALPICA A TODA ESPAÑA.
Siempre que hay un episodio bajista en los mercados financieros, siempre, se plantean prohibir la toma de posiciones cortas, tanto las ventas a crédito como las ventas en descubierto. Una soberana estupidez que no sólo no sirve para reducir las caídas de los precios, sino que acentúa el desinterés de los grandes inversores por mantener acciones en cartera, ya que se les priva de la posibilidad de prestarlas a cambio de dinero, para que otros puedan venderlas y recomprarlas más baratas.
En una época en que las carteras no hacen más que devaluarse, prestar los títulos supone una interesante fuente de ingresos para los tenedores, que mejora sus resultados a largo plazo. Es decir, las personas o entidades que mantienen carteras estables, se ven incentivadas a deshacerse de ellas en el mercado, ya que es la única manera en que pueden reducir o cortar la devaluación de los títulos que pretendían mantener, al no disponer de la fuente de ingresos que su préstamo suponía.
Osea, esta clase de medidas sólo sirve para acentuar la corriente vendedora de fondo, frente a la cual las operaciones de venta en descubierto son una mera e insignificante espuma sobre las olas.
Por si fuera poco, prohibir esta clase de operaciones reduce la liquidez del mercado, lo que contribuye a que los movimientos sean más pronunciados, con lo que las caídas de precios serán todavía mayores.
Pero esta es una tradición a la que los cagaleras políticos de turno no están dispuestos a renunciar, azuzados por moralinas baratas e infundadas, y por el terror a que sus votantes piensen que no están haciendo nada contra la especulación, terrible cabeza de turco sobre la que se descarga la responsabilidad de todos los males cuando los precios bajan, pero a la que se alaba con toda soltura cuando suben.
Una curiosa mezcla de ignorancia, hipocresía, moral desenfocada, terror paralizante y voluntad de hacer algo, aunque sea malo.
Es igual que la manía de remediar los problemas subiendo los impuestos a los ricos, como si eso no fuera precisamente a empeorar las cosas; como si nadie supiera que de los ricos nunca hay nada que rascar, y cuando se consigue rascarles los bolsillos, ellos acaban resarciéndose, al endosar el pago al resto de la sociedad a través de la pirámide económica en cuya cumbre se encuentran situados.
Los políticos son muy tontos. Pero mucho, mucho, mucho, oiga.
CostaDor: Pues lo siento mucho, pero debo decirte que no sabes de lo que hablas. Sería demasiado largo explicar porqué. Me permito recomendarte que te informes mejor sobre los mercados financieros.
"El Ministerio de Finanzas alemán ha mostrado su "apoyo" a la decisión adoptada por España, Francia, Italia y Bélgica de prohibir las ventas cortas sobre acciones españolas del sector financiero"
Solo sobre acciones españolas??