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Juan Velarde

Lo nuclear y los progresistas

No es posible el desarrollo económico sin una energía abundante, barata y de buena calidad.

No es posible el desarrollo económico sin una energía abundante, barata y de buena calidad.

Como señaló Kindleberger, no es posible el desarrollo económico sin una energía abundante, barata y de buena calidad. Además, a partir de los dos sucesivos choques petrolíferos de los setenta, y las conmociones que siguieron –ahora mismo el barril de crudo ronda los 100 dólares y ha incrementado en torno a un 30% la cotización de hace un año–, su carestía se ha propalado en más de un sentido al carbón y al gas natural importados. Por eso a la trilogía de Kindleberger se agrega que la fuente energética ha de tener un fuerte componente nacional. El Libro Verde de la Comunidad Económica Europea advertía del riesgo de sobrepasar el 50% de dependencia externa en energía primaria, y he aquí que España se encuentra ligeramente por encima del 80% en esa dependencia.

Quien viene en nuestro auxilio en todo esto es precisamente la energía nuclear, que ha sido la denostada primero por todo el pensamiento progresista español, y después, de modo bien explícito, por las Administraciones de Felipe González y de Rodríguez Zapatero.

Busquemos ahora unos datos en un libro reciente del Club Español de la Energía (Instituto Español de la Energía): Balance energético de 2010 y perspectivas para 2011 (Biblioteca de la Energía, Madrid, 2011). Tiene datos muy valiosos aunque en él se omite una cifra económica esencial: la baratura de nuestra energía nuclear, pues ésta exige un gran dispendio en la inversión, pero a continuación, incluyendo las amortizaciones, el coste por Kwh pasa a ser reducidísimo.

En su página 33 observamos en el cuadro "Consumo de energía primaria" que, para el periodo 2009-2010, son visibles caídas en el carbón, petróleo y gas natural, pero en cambio aumentos en las energías renovables, un 22’6% y en la nuclear, un 17’1%, gracias a lo cual el saldo total, incluyendo las importaciones menos las exportaciones, ofrece un avance en el consumo de energía primaria del 1’1%.

Todo se corona, de plena actualidad, en la pág. 36, lo que se muestra en este cuadro extraordinariamente significativo, de la producción nacional de energía, en el que el crecimiento de 28’9 millones de Tep en el año 2009 pasa a 33’9 millones de Tep en 2010, lo que "se ha debido al aumento de las energías renovables y (de) la energía nuclear en nuestro mix de energía primaria". Gracias a las renovables y a la nuclear, el autoabastecimiento español, que había disminuido desde algo más del 35% en 1990 a un 23% en 2005, ha pasado a un incremento hasta cerca de 32’5% en 2010. El cuadro final contiene una extrapolación para 2020.

Autoabastecimiento energético español

Energías

2009

2010

2020

Nuclear

46’10

48’00

32’00

Energías renovables

40’80

43’56

63’67

Carbón

12’70

8’00

5’00

Petróleo

0’40

0’40

0’30

Gas natural

0’00

0’04

0’03

La gran pregunta final debería ser: ¿vamos a abandonar, a causa de deleznables argumentos científicos el sendero nuclear? La extrapolación que se hace para 2020 puede ser muy útil para la acción política. Siempre surge en torno a la nuclear un riesgo colosal porque, lisa y llanamente, puede hundir, literalmente, nuestra competitividad.

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