La Bolsa de París firmó este miércoles su octava caída consecutiva, la serie negativa más larga de los dos últimos años y medio, y su selectivo CAC-40 se dejó un 1,93 por ciento afectado por la incertidumbre sobre la recuperación económica mundial.
El miedo al estancamiento sustituyó en el parqué a los temores provocados por la situación de la deuda estadounidense y de otros países, lo que dejó a su indicador de referencia en los 3.454,94 puntos.
Desde febrero de 2009 París no encadenaba tantas sesiones en números rojos, una serie que le ha valido ya diez puntos porcentuales y que deja a su principal índice por debajo de los 3.500 puntos.
Los bancos se situaron a la vanguardia de las pérdidas y Société Générale en cabeza de los mismos con una caída del 8,97 % el mismo día que publicó sus resultados semestrales y que anunció que renuncia a su objetivo anual de lograr 6.000 millones de euros de beneficios.
No estuvieron muy lejos los otros bancos, con pérdidas importantes, como Crédit Agricole, que bajó un 6,57 %, BNP Paribas, que se dejó un 1,87 % un día después de divulgar sus cuentas, y Natixis, que bajó un 3,15 % en vísperas de publicar las suyas.
Tampoco ayudó al cierre negativo la caída del 1,77% de la petrolera Total, principal valor de París. El fabricante de equipamiento electrónico Schneider Electric bajó un 2,41 % tras haber anunciado que prolonga hasta el próximo día 22 la opa sobre la empresa española de programas informáticos y servicios para las redes eléctricas o de agua Telvent.
Al alza cerró el grupo de servicios a colectividades Suez Environnement, que mejoró un 0,68 % coincidiendo con la publicación de sus resultados semestrales.
La prima de riesgo en máximos desde 1999
El diferencial entre el bono galo a 10 años y el bund alemán se situaba este miércoles en los 80 puntos básicos, una cifra que, aunque muy alejada a la prima con la que han cerrado los PIGS, preocupa a la economía francesa.
La rentabilidad del bono francés escalaba este miércoles hasta el 3,201%.