Los beneficios de los cinco mayores bancos de Portugal cayeron en conjunto el 46,5 % los primeros seis meses de este año respecto al periodo homólogo de 2010, hasta los 479,6 millones de euros, resultado atribuido a su dificultad de financiación por el deterioro de la economía lusa.
De acuerdo con los resultados de este primer semestre, el grupo Banco Espírito Santo (BES), el Banco Comercial Portugués (BCP), el Banco Portugués de Inversiones (BPI), el Santander Totta y la pública Caixa Geral de Depósitos (CGD) contrajeron juntos sus ganancias en 417,8 millones de euros frente a los primeros seis primeros meses de 2010, informa EFE.
La dificultad de acceder a financiación debido al recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana en la UE y la puesta en marcha del severo programa para salvar a Portugal de la bancarrota lastraron el rendimiento de los principales bancos lusos, según los analistas locales.
El BES fue el banco que más ganó el primes semestre de año -156 millones-, aunque sus beneficios se redujeron sensiblemente hasta el 44,7 %, mientras que el BCP, participado por el Sabadell, obtuvo ganancias de 88,4 millones, un 45,8 % menos que en los primeros seis meses de 2010.
La CGD fue la institución que cerró el semestre con una caída de sus beneficios más suave, 16,6 %, hasta los 83,5 millones de euros.
Sin embargo, el Santader Totta, filial del Banco Santander español, derrapó hasta los 72,6 millones de euros de ganancias, un 70 % menos que el primer semestre de 2010, y abandonó el segundo lugar en el ránking de beneficios que ocupaba el año pasado.
El BPI, participado por la Caixa, ganó 79,1 millones, un 20,4 % menos que en los primeros seis meses del último año.
Pese a sus dificultades para acceder a liquidez debido al encarecimiento de la rentabilidad de la deuda soberana lusa, el BES, el BCP, el BPI y la CGD superaron el teste de solvencia al que se sometieron el pasado 15 de julio, tal como hicieron el pasado año.
Las cuatro entidades presentaron un ratio Core Tier 1 -indicativo de su solvencia- por encima del 5 por ciento, cifra establecida como requisito mínimo para superar estas pruebas realizadas por las instituciones europeas y conocidas como "stress-tests".
No obstante, el préstamo de 78.000 millones concedido a Portugal el pasado mes de abril por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) -que incluye 12.000 millones para posibles necesidades de la banca- exige que los bancos portugueses continúen aumentando sus índices de solvencia hasta un Core Tier 1 mínimo del 9 % este año y del 10 % en 2012.