El paro se ha tomado un respiro en el segundo trimestre del año. Por tercera vez desde que comenzó la crisis, en el verano del 2007, la cifra de desocupados ha caído en España en un trimestre, según refleja la Encuesta de Población Activa (EPA). En concreto, en junio había 76.500 personas menos (un 0,4% de descenso) en situación de desempleo que en marzo, aunque 188.000 más (4,05%) que doce meses antes. De esta manera, la tasa de paro se situaba en el 20,89%, una cifra altísima tanto si se compara con años anteriores como con el resto de la UE, pero cuatro décimas inferior al 21,29 del primer trimestre.
Evidentemente, cualquier caída del paro es una buena noticia para una economía española que está en una situación de debilidad crónica y que no tiene casi ningún asidero al que agarrarse de cara al futuro. De hecho, el Gobierno se ha dado mucha prisa por mostrar su alegría por las cifras. Elena Salgado ha asegurado apenas unos minutos después de la publicación del informe del INE que los datos "indican un cambio de tendencia" y ha apuntado que es la primera vez en cuatro años que se está creando empleo "de manera clara".
El problema es que un análisis un poco más profundo de la EPA no permite ser tan optimista como la vicepresidenta. Unos pocos datos positivos conviven con cifras preocupantes y que no auguran nada bueno para la economía española en el medio plazo. El respiro del segundo trimestre de 2011 puede ser simplemente eso, un pequeño descanso ante un otoño-invierno que se augura realmente complicado. Y ya van unos cuantos...
El buen dato
Hay una cifra que sobresale, por lo positivo, en las tablas de la EPA y que Elena Salgado se ha apresurado a destacar. El número de ocupados en el sector de la industria se ha elevado en casi 37.000. En opinión de la ministra de Economía éste es un dato "no estacional" y que apunta hacia una recuperación económica más sostenida.
Lo cierto es que ante la falta de perspectivas de una recuperación, las empresas españolas se están dirigiendo al mercado exterior. Las exportaciones han crecido con fuerza en el último año y de esta tendencia se ha beneficiado especialmente el sector industrial. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Aunque es cierto que el número de ocupados ha subido en el último trimestre, no lo es menos que estos 2.577.000 trabajadores siguen siendo 50.000 menos de los que había hace apenas un año. Y están lejísimos de los 3.200.000 que este sector ocupaba en junio de 2008.
Además, hay que tener en cuenta que este sector ocupa apenas al 14% del total de los empleados españoles, por los que una ligera mejora como ésta apenas tiene influencia en la cifra total.
Turismo, población y funcionarios
Pero junto a ese pequeñísimo brote verde de la industria (y habrá que observar con mucho cuidado si se consolida), hay tres datos más que no invitan precisamente al optimismo. Los 76.500 parados menos que refleja la cifra de la EPA se explican a través de tres circunstancias completamente coyunturales y que no podrán mantenerse en el tiempo.
Menos población: lo primero que llama la atención de la EPA es que la población española entre 16 y 64 años ha caído en 67.500 personas. Esto se debe fundamentalmente a que numerosos inmigrantes están volviendo a sus países de origen o trasladándose a otros estados de la UE ante las pocas perspectivas de encontrar un trabajo. La cifra de caída de la población prácticamente coincide con la caída del paro. Además, esto es una mala noticia: si los inmigrantes se marchan es porque no tienen confianza en el futuro a medio plazo de la economía española.
Más funcionarios: otro dato que destaca en la EPA es el del número de empleados del sector público. Las administraciones han incrementado su plantilla en 32.000 personas en el último trimestre y en 132 en los últimos doce meses, incluso en plena crisis de deuda. Pese a las palabras de los políticos del Gobierno, las comunidades y los ayuntamientos acerca de la austeridad y de la necesidad de reducir sus números rojos, lo cierto es que los asalariados del sector público (funcionarios y trabajadores de empresas públicas) siguen creciendo.
Más turismo: la principal explicación a las cifras del paro del tercer trimestre viene de algo tan manido como el sol y la playa. El turismo sigue siendo el sector que tira del carro de la economía española. Este año, además, las perspectivas son aún mejores debido a la complicada situación geo-política de algunos de los destinos alternativos (Egipto, Túnez,...). El sector servicios explica 74.000 de los 75.000 parados menos.
Pero estas cifras también tienen su lado negativo. Por un lado, éste es un sector claramente estacional. La mayoría de los empleos creados ahora se destruirán entre septiembre y octubre.
Nada excepcional: Por último, hay que destacar que este descenso de 75.000 parados no es excepcional en la historia española, ni debería ser una excusa para lanzar las campanas al vuelo. Aunque en 2008 y 2009 (los años duros de la crisis) la destrucción de empleo casi no entendió de temporadas, aquello fue algo puntual. El año pasado, entre el segundo y el tercer trimestre del año, el paro cayó en 40.000 personas. Y entre abril y junio de 2007, 2006 y 2005, el descenso fue mucho más pronunciado que el de este año.