Las presiones para que la Eurozona afronte de manera rápida y decidida la crisis de la deuda, acorralan a la UE, que, sin embargo, no avanzó este lunes en el segundo rescate a Grecia y propuso un conjunto de medidas para frenar un posible contagio cuya definición dejó para más adelante. "Los ministros están preparados para adoptar medidas adicionales que mejoren la capacidad sistémica de la zona euro de resistir el riesgo de contagio", dice el comunicado enviado tras la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro celebrada en Bruselas, en la que hablaron de la crisis griega, en un contexto de grandes tensiones en los mercados que afectaron a la deuda española e italiana.
Entre las medidas que citaron, los ministros del euro se mostraron dispuestos a mejorar la flexibilidad y alcance del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, en inglés), para asistir a países con problemas de financiación, así como aumentar los plazos de devolución y bajar los intereses aplicables a los préstamos de los países rescatados (Portugal, Irlanda y Grecia). Ya había un acuerdo para reducir el tipo de interés aplicable a los préstamos de rescate a Portugal y a Grecia, pero no se había atendido la petición de Irlanda ante la oposición de Alemania y Francia a rebajarle el coste si Dublín no elevaba su bajo impuesto de sociedades, considerado una competencia desleal por parte de estos dos países. Los ministros no explican cómo ni cuándo se van a abordar estas medidas y sólo afirman que "se presentarán propuestas en breve".
En esta misma línea, el Eurogrupo se limitó a pedir a un grupo de trabajo que proponga medidas para reforzar la respuesta actual a la crisis en Grecia, con vistas a lograr un acuerdo sobre el segundo plan de rescate para el país en breve. Concretamente, el grupo de trabajo explorará las modalidades para financiar un nuevo programa de ajustes plurianual, pasos para reducir el coste de financiación de la deuda y medidas para mejorar la sostenibilidad de la deuda griega.
Acreedores privados
Juncker indicó que el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), la principal agrupación de banqueros del mundo, con la que la UE y el Gobierno griego ha mantenido conversaciones sobre la implicación de los acreedores privados, ha presentado un documento con propuestas que el Eurogrupo evaluará. Preguntado si esas medidas podrían incluir una recompra de bonos, el presidente del Eurogrupo dijo que eso "formará parte" del análisis y al final se decidirá qué opción es la mejor.
Eso podría implicar que sea el EFSF que recompre los títulos griegos. "Hay varias maneras de reforzar la flexibilidad del EFSF y la posibilidad de intervenir en el mercado secundario es una de ellas", afirmó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien dijo que "no descarta ninguna opción" y que se evaluarán esas posibilidades. "Si el peso de la deuda pública es corregido a la baja, si se rebajan los tipos de interés y se amplía el plazo de devolución, entonces uno puede tener la impresión de que eso podría ser de gran ayuda para Grecia", explicó por su parte Juncker.
Mientras, el Banco Central Europeo (BCE) "confirmó su posición" en el sentido de que debe evitarse a toda costa la declaración de impago selectivo de la deuda griega.
Según explicó la ministra de Economía española, Elena Salgado, se avanzará sobre el segundo rescate durante el verano, aunque calculó que la adopción final del mismo no será posible hasta septiembre.
Pese todo, los ministros creen que se trata de un importante mensaje a los mercados financieros.
"Estamos plenamente conscientes de que Italia y otros países se encuentran en el punto de mira de parte del mercado financiero", dijo en rueda de prensa el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien recalcó que el mensaje no solamente se dirige a Grecia sino que también pretende acallar las dudas de las plazas financieras.