La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, admitió este lunes que alguna entidad bancaria española podría suspender las pruebas de esfuerzo europeas cuyo resultado se conocerá el próximo viernes, debido al cambio en los criterios de evaluación respecto al año pasado.
Salgado había defendido que todas las cajas y bancos españoles iban a pasar la prueba, pero modificó su discurso al explicar que ella había hecho esa afirmación contando con que se aplicasen los mismos criterios que el año pasado, extremo que ha sido reformado, según dijo.
"Yo hice esa afirmación en un supuesto que era el mismo que el del año pasado en el que las provisiones dinámicas formaran parte del capital. Para todos, ha sido una sorpresa que esas provisiones dinámicas en este año no formen parte del capital. Y por lo tanto, yo en este momento no hago esa previsión", dijo Salgado, antes de participar en una reunión de ministros de Finanzas de la zona euro, en Bruselas. "Lo que sí sigo diciendo es que si las provisiones dinámicas se suman, desde luego, ninguna caja fallará", explicó.
Más de noventa bancos
El próximo 15 de julio se conocerán los resultados de las pruebas de solvencia a que se han sometido este año 91 bancos y cajas de ahorros de Europa, 25 de ellos españoles. España es el país con más entidades sometidas al control de los supervisores bancarios, ya que los bancos y cajas del país suponen casi el 27 por ciento de la lista de entidades de toda Europa.
El año pasado, las pruebas de solvencia se realizaron también a 91 entidades, de las que 27 eran españolas, aunque entonces las exigencias eran menores. Entonces, suspendieron siete entidades europeas, de ellas cinco cajas de ahorro españolas que habían pedido fusionarse con ayuda del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB): Cajasur, Diada, Espiga, Banca Cívica y UNNIM.
Por otro lado, Salgado insistió en las previsiones de crecimiento económico para este año, que el Gobierno ha situado en el 1,3 % del PIB, después de las declaraciones que efectuó la semana pasada en las que habló de una "ralentización" económica.
"Yo hablé de una ralentización (...) y es verdad que todos los indicadores europeos ponen de manifiesto una cierta ralentización, que en nuestro caso sigue queriendo decir crecimiento (...), un crecimiento que se va consolidando y que nos permite decir que crecimiento en 2011 será ese 1,3 que hemos previsto", dijo.