La economía global ha entrado en un periodo de crecimiento débil, aunque no se espera que las economías desarrolladas experimenten una nueva recaída en recesión gracias al estímulo procedente de los países emergentes que, sin embargo, disminuirá a medida que se endurece la política monetaria en estos países para contener las presiones inflacionistas, según refleja un informe eleaborado por el economista jefe de la agencia Standard & Poor's para la región EMEA, Jean-Michel Six.
El análisis de la calificadora de riesgos contempla el impacto sobre la economía global de factores temporales durante el segundo trimestre, como la catástrofe del 11 de marzo en Japón y el acusado alza del precio de los alimentos y la energía, así como otros elementos de mayor duración como la debilidad del consumo en los países desarrollados y el impacto sobre la demanda de los emergentes del gradual endurecimiento de las politicas monetarias en esos países.
"Bajo nuestras previsiones de base, que ya asumen la debilidad del consumo, continuamos esperando para el resto del año y para 2012 un dato positivo de crecimiento del PIB mundial, aunque por debajo de los estándares históricos", afirma la agencia, que considera "crítica" la aportación procedente del crecimiento continuado de las economías emergentes, que vienen "alimentando" la recuperación global desde 2009.
En este sentido, S&P advierte de que esta perspectiva implica para las empresas de los países desarrollados un incremento de los costes debido al alza de la inflación en las economías emergentes, provocando la respuesta de los bancos centrales de estos países, lo que, a su vez, contribuirá a reducir gradualmente la demanda de productos de las economías desarrolladas.
De este modo, la agencia subraya que las economías emergentes continuarán siendo el principal motor de crecimiento de la economía global, aunque "su contribución probablemente disminuirá proporcionalmente a medida que sus políticas monetarias comiencen a frenar el crecimiento", mientras los mercados desarrollados se adaptarán a este escenario de menor crecimiento y demanda en los países emergentes sin perder la senda de la recuperación.