Los administradores concursales de Dhul estudian iniciar acciones de responsabilidad social contra la familia Ruiz-Mateos a raíz de las dudas que han generado 16 operaciones o actuaciones realizadas presuntamente en beneficio propio o en el de otras empresas de Nueva Rumasa.
El informe sobre la situación patrimonial de la empresa de postres lácteos, en concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) desde el pasado mes de marzo, revela que la administración concursal está recabando documentación para plantear la posible anulación de las operaciones por haber resultado supuestamente perjudiciales para el patrimonio de Dhul.
La evaluación de esas operaciones "permitirá concluir también el ejercicio de las eventuales acciones de responsabilidad social" que contempla la Ley Concursal contra los administradores de la sociedad, informa EFE.
Hasta marzo de 2010, los administradores solidarios de Dhul fueron los hermanos Francisco y Álvaro Ruiz-Mateos Rivero, aunque a partir de esa fecha se colocó a Álvaro como administrador único (que perdió por orden del titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Granada las facultades de gestión y administración del patrimonio).
Entre las operaciones que son "objeto de especial atención", la administración concursal destaca todas aquellas que han conllevado compensaciones de saldos deudores o acreedores con otras empresas de Nueva Rumasa, salidas de dinero sin justificar o concesión de avales en perjuicio de Dhul.
El informe, publicado en la página web del concurso de acreedores de Dhul y al que pueden tener acceso los acreedores, cita las aportaciones de dinero que hicieron los inversores que acudieron a la última ampliación de capital del fabricante de postres, cuyo destino final se desconoce.
Tampoco se ha encontrado justificación del paradero de los 4 millones de ayudas públicas recibidos de las autoridades andaluzas para la construcción de la planta industrial de la empresa en Jaén.
La administración concursal analiza asimismo la relación entre Dhul y Bardajera, la empresa que se encargaba de distribuir la financiación entre las 170 sociedades de Nueva Rumasa y con la que se cruzó cientos de millones de euros.
Los afianzamientos prestados por el fabricante de flanes a otras firmas de los Ruiz-Mateos o su participación en aumentos de capital con aportaciones de activos que acabaron en manos de miembros de la familia son otras acciones que están en el punto de mira de la administración concursal.
Los cinco administradores concursales también han constatado que los Ruiz-Mateos se beneficiaron del uso de vehículos que estaban en régimen de renting o leasing para Dhul.
Entre las acciones de rescisión o anulación figuran asimismo las ventas ficticias realizadas a las empresas Pevil, Hoteles Incabo o Ladesar Canarias, que permitieron que Dhul evitara las pérdidas y consiguiera beneficios.
Además, existen indicios de irregularidades en la relación de Dhul con Factoring Occidental, que estaba encaminada a obtener financiación casi en exclusiva del Santander, que el grupo financiero no consiguió recuperar (con esa operativa de letras de cambio se cree que Nueva Rumasa consiguió 58,2 millones).
Una de las principales acciones para la administración concursal es el cambio de la titularidad de la marca Dhul, que está en manos de Lerton Holding desde 1997.
La propiedad de la marca es fundamental para garantizar el éxito de un posible proceso de venta de la empresa, sobre la que decaería el interés de los compradores si no pudieran seguir utilizando las denominaciones con las que ha comercializado hasta ahora sus productos.
Los administradores concursales también analizan la participación de Dhul en la financiación para que los Ruiz-Mateos compraran Clesa a Parmalat en 2007.