Según las cifras oficiales publicadas este lunes por el Ministerio de Trabajo, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) bajó en 67.858 personas, un descenso porcentual del 1,62% respecto a mayo y un aumento del 3,5% a nivel interanual (139.433 parados más respecto a junio de 2010).
De este modo, España registró un total de 4.121.801 desempleados en junio, según el Ministerio de Valeriano Gómez. Se trata de la tercera caída del desempleo desde diciembre de 2010, cuando bajó en 10.221 personas. La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, se agarró a estos datos para subrayar que se trata de una "buena noticia". De hecho, destacó que la reducción del desempleo en los tres últimos meses, en casi 212.000 personas, supone "el mejor comportamiento del paro registrado en un trimestre de toda la serie histórica".
Hasta aquí los datos oficiales. Sin embargo, el panorama muestra una imagen muy distinta si se analizan las cifras homogéneas y, por tanto, la tendencia real del mercado laboral. No en vano, el verano desvirtúa la tasa de desempleo como resultado de la contratación temporal de trabajadores de cara a la campaña estival, al igual que acontece en Semana Santa y Navidades. De ahí, precisamente, que los técnicos elaboren un índice alternativo a fin de medir la evolución del empleo en términos homogéneos.
Así, si bien es cierto que el paro oficial cae en 67.858 personas respecto a mayo, una vez eliminado el efecto calendario (índice "desestacionalizado"), el número de desempleados crece en 31.026 personas, hasta un total de 4.238.356.
Sin maquillaje
Por otro lado, es preciso descontar el tradicional maquillaje estadístico que aplica el Gobierno desde 2008 para ocultar a un gran número de parados. Desde entonces, el Ejecutivo descuenta de la cifra oficial a los parados que acuden a cursillos de formación, catalogados bajo el epígrafe de "demandantes de empleo no ocupados" (DENOS). El pasado junio su cifra ascendió a 275.407 personas. Trabajo, sin embargo, los considera estadísticamente como parados "ocupados".
Además, el Ministerio tampoco contabiliza a los 228.758 desempleados agrupados bajo el título de demandantes de empleo con "disponibilidad limitada" o "demanda de empleo específica". Estas personas, según afirma el antiguo Inem, "son aquellos demandantes, sin empleo, que indican en su solicitud condiciones especiales de trabajo". Es decir, que son también parados.
De este modo, el número real de parados -sumando ambos epígrafes- asciende a un total de 4.625.966 en junio, con lo que Trabajo oculta a 504.165 desempleados en las listas oficiales. Esto implica que el número de parados descendió en algo más de 38.534 personas respecto al desempleo real (sin maquillaje estadístico) de mayo. Pero, tal y como se indicó anteriormente, una vez eliminado el efecto veraniego, el paro creció en 31.026 personas respecto al dato desestacionalizado de mayo. Es decir, la tendencia laboral sigue siendo negativa, ya que las cifras oficiales tan sólo mejoran de forma temporal como consecuencia del período estival.
Caída de la afiliación
A la mala evolución del desempleo se le suma, además, una nueva caída del número de afiliados a la Seguridad Social. En concreto, España destruyó una media de 5.612 empleos en junio, la segunda mayor caída en dicho mes desde que comenzó la crisis (2007), situando el total de ocupados en 17.586.579 cotizantes, según el Ministerio de Trabajo.
La afiliación media baja un 1,12% a nivel interanual, lo que supone 199.203 puestos de trabajo destruidos con respecto a junio de 2010. Se trata del primer mes en el que la Seguridad Social pierde afiliados, tras tres meses en positivo y después de que retrocediera siete meses consecutivos.
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, reconoció que junio suele ser un mes de transición, dado que se interrumpen actividades como el sector educativo y aumentan otros como el turístico. Asimismo, admitió que las nuevas corporaciones municipales y autonómicas, junto con la crisis del pepino en Andalucía, han contribuido a esta "ligera" bajada en la afiliación.
Sin embargo, una vez más, el análisis de los datos desmiente el calificativo de "ligera" caída. Y es que, al igual que acontece con el paro, es preciso descontar el efecto estacional de la campaña veraniega para observar la tendencia real del mercado de trabajo.
Tal y como indica el informe de Trabajo, la afiliación "desestacionalizada" es más fiable para medir la tendencia y para comparar meses consecutivos mediante variación porcentual. En este sentido, las cifras son contundentes: el número de afiliados se desploma en 49.544 personas respecto a mayo, hasta un total de 17.480.692 cotizantes, un 0,28% menos respecto a mayo. Se trata de la mayor caída desde el pasado febrero, más del doble que en junio de 2010 y casi tantos como en junio de 2009.
El número de afiliados baja en 196.995 personas respecto a junio de 2010, una caída interanual del 1,11%. En resumen, España sigue destruyendo empleo, tanto a nivel intermensual como interanual, mientras que el paro sigue subiendo en términos homogéneos -una vez eliminado el tradicional repunte de contratos propios de la temporada turística-.
Tendencia "plana"
Todo ello "pone de manifiesto que el mercado laboral continúa gravemente dañado, y cuatro años después del inicio de la crisis, aún no se aprecian indicadores de la recuperación en el empleo", según la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT). "Lo que se observa es una tendencia casi plana sin que se vislumbre cuándo ésta empezará a encabezar un descenso estructural del paro registrado", añade
La patronal de grandes ETT’s subraya que "un año después de la reforma laboral impulsada por el Gobierno, el mercado de trabajo continúa padeciendo aquellos males que pretendía paliar. Es el caso de la enorme dualidad que existe entre los trabajadores fijos y temporales, ya que la contratación temporal aumenta en 31.857 respecto a mayo, mientras que la contratación indefinida cae en 8.252".
Además, continúa la destrucción de empleo, y el elevado número de parados, que todavía sigue por encima de los cuatro millones. "Algo está fallando y no se puede demorar más la toma de decisiones que acaben, de raíz, con esta situación. De momento, las cifras siguen constatando que la única transición posible hacia una recuperación sostenida sólo pasa por una remodelación absoluta del mapa laboral de nuestro país, que permita crear empleo de forma estable y no fluctuar, sin rumbo, entre los indicadores positivos y negativos para el empleo en función de la época del año en la que nos encontremos", concluye la entidad.