El segundo plan de rescate de Grecia que están ultimando las autoridades internacionales rondará los 85.000 millones de euros, según indica Thomas Wieser, director general de Economía y Finanzas de Austria. De este modo, sumando el primer plan de ayuda otorgado en mayo de 2010, el coste de salvar al país heleno de la quiebra arroja una cifra total próxima a los 195.000 millones de euros, informa Bloomberg.
La diferencia estriba en que en este segundo rescate también participarán los acreedores privados (bancos) del Estado griego a través de un mecanismo de refinanciación que aún está siendo discutido en la UE, y que podría ser calificado como un default (suspensión de pagos) por las agencias de calificación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aportará el 30% de la ayuda adicional (unos 25.500 millones) mientras que el 70% restante procederá de las nuevas contribuciones de los socios comunitarios (30.000) y la banca privada (otros 30.000), según las estimaciones iniciales.
Otra de las novedades radica en que el segundo rescate contará con un mecanismo de supervisión periódica. Las autoridades internacionales revisarán cada trimestre el cumplimiento de los ajustes a los que se ha comprometido el Gobierno socialista de Yorgos Papandréu, condicionando así el desembolso de los distintos tramos. Si Grecia no cumple no habrá dinero, lo cual servirá de "incentivo" a los políticos griegos. El primer pago de este segundo plan -unos 12.000 millones de euros- se llevará a cabo, previsiblemente, el próximo septiembre, según Wieser.
Este último plan surge después de que Grecia superara el trámite exigido por la UE y el FMI, consistente en aprobar un nuevo plan de ajuste por valor de 78.000 millones de euros hasta 2015, con el objetivo de reducir su gran brecha fiscal (su déficit público se aproximó al 10% el PIN en 2010).
Atenas subirá impuestos y recortará gastos para ahorrar unos 28.000 millones durante este periodo, al tiempo que tratará de privatizar activos públicos por un valor estimado de 50.000 millones de euros. El primer plan de rescate fracasó, ya que Grecia sigue sin tener acceso a los mercados financieros a un coste asumible para el país.
Reunión europea
Asimismo, la aprobación parlamentaria de dicho ajuste evitará la quiebra inminente de Atenas. Los ministros de Finanzas de la zona del euro han adelantado a mañana la reunión que habían fijado para el próximo domingo, en la que está previsto que den luz verde al desembolso del quinto tramo de ayuda previsto en el primer plan de rescate (12.000 millones de euros) para que Atenas pueda cubrir los vencimientos de deuda en julio y agosto. La reunión no será presencial, como estaba previsto, sino que se efectuará mediante una teleconferencia que comenzará a las 18,00 horas (16,00 GMT).
"Se cumplen las condiciones para tomar una decisión sobre el desembolso del próximo tramo de asistencia financiera para Grecia", anunciaron el jueves los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, tras el voto favorable a la ley de acompañamiento del plan, en Atenas.
Este desembolso es necesario para impedir la suspensión de pagos durante el verano, lo que hubiera acarreado terribles consecuencias para el país heleno, pero también para la economía global y especialmente para los países europeos más susceptibles al contagio.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro también tienen previsto avanzar durante la teleconferencia en la preparación de un segundo rescate para el país, que se ha revelado necesario, tras constatar que Grecia no estará en condiciones de volver a financiarse en los mercados el año que viene, como estaba previsto en el rescate de 110.000 millones de euros concedidos en mayo de 2010.
Fuentes europeas explicaron que los ministros tratarán concretamente la aportación de los bancos privados al segundo rescate heleno, y de los crecientes avances registrados en este sentido en las negociaciones informales mantenidas en Francia y Alemania con sus sectores bancarios, informa Efe.
En estos países, la banca ha mostrado su disposición a contribuir a la resolución de la crisis griega, en virtud de distintas fórmulas, aunque aún no hay acuerdos concretos. "Esto está en una etapa temprana, hace falta tiempo", por lo que sobre este punto aún no se esperan decisiones, explicaron fuentes europeas.