La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) asegura que en el caso de que EEUU incumpliera el servicio de su deuda rebajará su nota de solvencia hasta el nivel 'D', o de insolvencia, desde la máxima nota actual 'AAA', aunque confía en que los legisladores estadounidenses alcancen un pacto para elevar el techo de deuda que permita afrontar al Gobierno estadounidense sus obligaciones.
"Si cualquier Gobierno no paga sus deudas a tiempo, el 'rating' de ese Gobierno pasa a la categoría 'D'", explicó en una entrevista concedida a BloombergTV el presidente del comité de 'ratings' soberanos de S&P, John Chambers, quien, sin embargo, mostró su confianza en que el Gobierno estadounidense "eleve el techo de deuda".
En este sentido, Chambers recordó que este incremento del límite de endeudamiento del Gobierno de EEUU no sería una situación nueva, ya que "lo han subido 78 veces más o menos desde 1960, a menudo en el último momento, y pensamos que esta vez también ocurrirá así".
S&P ya advirtió el pasado mes de abril que EEUU se arriesga a perder su privilegiada calificación 'AAA' si no logra un acuerdo para elevar el techo de deuda y lleva a cabo una "significativa implementación" de un plan para reducir su déficit.
En este sentido, el directivo de S&P reconoció que la hipótesis de un 'default' de EEUU supondría una convulsión de los mercados fianancieros "mucho más caótica" que la sufrida tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Las otras dos principales agencias de 'rating' a nivel mundial, Moody's y Fitch, han expresado también la necesidad de que el Gobierno de EEUU alcance un acuerdo para ampliar el límite de endeudamiento. Así, el pasado 2 de junio Moody's advertía de que colocaría la nota de EEUU en vigilancia para un posible recorte de calificación si no se alcanzaba este acuerdo a mediados de julio.
Por su parte, Fitch ha reiterado su confianza en la "alta probabilidad" de que se fragüe un acuerdo sobre el techo de deuda entre demócratas y republicanos antes del 2 de agosto, aunque admitió que de no materializarse situaría el 'rating' estadounidense en vigilancia.