La consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía presumía hace unos días de que la comunidad andaluza es la que más dinero reparte entre las organizaciones no gubernamentales para cooperación exterior. Razón no le falta, porque ya no es sólo que el organismo oficial de la Junta encargado de dilapidar este dineral cumpla su función derrochadora con disciplina estajanovista, sino que en Andalucía no parece existir institución oficial que no destine una parte del dinero de los contribuyentes a acabar con la injusticia social a lo largo y ancho del planeta Tierra.
Es el caso del Parlamento de Andalucía, cámara representativa dedicada supuestamente a aprobar las leyes autonómicas, que también dedica una parte de sus esfuerzos y presupuesto a repartir subvenciones a las ONG especializadas en solidaridad internacional.
Pero es que no es sólo el parlamento, sino además el Defensor del Pueblo Andaluz, que también quiere defender al resto de la humanidad con el dinero de los contribuyentes ¡y hasta la Cámara de Cuentas de Andalucía! que como no tiene apenas cuentas dudosas que analizar, va también a aportar unos 70.000 granitos de arena a hacer más felices a las ONG solidarias del terruño.
En total serán 400.296 euros a repartir entre los beneficiarios habituales, todo para contribuir a que un año más Andalucía siga siendo la comunidad más atrasada de Europa pero gracias a la consejera de Presidencia, el Parlamento Autonómico, el Defensor del Pueblo Andaluz y la Cámara de Cuentas, también la más solidaria.