Las feministas están descosidas. Dispuestas a sangrar a la gallina de los huevos de oro. Cuando acaben con las empresas que les suministran puestos cómodos y provoquen la bancarrota de los Estados (adiós jubilaciones y pensiones de viudedad)... al campo a cultivar patatas.
Ante tales argumentos, de la primera demandante, la consecuencia evidente es no contratar a mujeres negras.
Los hay que tiran piedras sobre su propio tejado.
La discriminación por sexo es una invención de las feministas para discriminar a los hombres y quedarse ellas con las subvenciones y puestos de responsabilidad de las grandes empresas.
Pero sí existe discriminación, provocada por la propia naturaleza y ayudada por las leyes, hacia las personas que cuidan a sus hijos mientras los demás trabajadores siguen haciendo y reuniendo méritos laborales.
La discriminación legal parte de no dar una baja maternal apropiada para dar el pecho 6 meses que es lo más sano para el bebé según todos los estudios realizados (6 meses de lactancia exclusiva), y otros 6 meses hasta el año como alimento principal.
Al ser la mujer la única que puede dar el pecho, ésta debe unir la insuficiente baja maternal con sus vacaciones para llegar a 5 meses, faltando incluso uno más para dar el pecho correctamente, y luego poder ir metiendo papillas como alimentación complementaria.
La ley debería dar el mismo periodo de baja al hombre, de forma obligatoria para cuidar al bebé y llevárselo a la madre en la hora de lactancia hasta finalizar el primer año de vida. Así una empresa no vería a la mujer como futura baja de meses mientras el hombre trabajaría sin faltar, lo cual deja clara la decisión de elección de jefes (más difíciles de sustituir en una baja que otros cargos de menor responsabilidad).
Lo que la ley es más difícil que arregle es la falta de méritos de aquellos que se dedican a cuidar a sus hijos mientras sus compañeros de trabajo siguen haciendo méritos sin cesar. Es real que unos tiene más méritos que otros, pero si vamos por ese camino nadie tendrá hijos, porque tenerlos sin ayuda de los abuelos da como resultado tener menores ingresos por no subir peldaños en el empleo.
Desde el cansancio de pasar peores noches por cólicos de lactante, pasando por el hecho de que los bebés, como todos los mamíferos, necesitan el contacto humano para su desarrollo psíquico, etc. Es por todo esto por lo que son discriminadas más mujeres, aquellas que dan el pecho y cuidan de sus hijos, al igual que los hombres que también los cuidan.
Pero desde luego las que nunca han sido discriminadas por sexo son la multitud de arrimadas al poder del feminismo, que ni tienen hijos ni se les espera, o que si los tienen, no les dan el pecho y tienen abuelas que se hacen cargo de esos niños.
Las ayudas deberían ser para los que cuidan niños y que por ello no han podido hacer los méritos necesarios, dándoles puntos extras por otras pruebas de validez que midan la inteligencia y la resolución de problemas para desarrollar eficientemente la labor de dirección para la que se les requiera.