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Emilio J. González

La política de tierra quemada de ZP

Zapatero no tiene el menor interés en continuar con la política de reformas. Lo que él quiere ahora es vengarse del PP echándoles encima a los del 15-M y todo lo que pueda tener a su alcance.

Zapatero está en el tiempo de descuento pero no quiere dar por acabado el partido, a pesar de que ya sabe que no puede ganarlo. ¿Por qué sigue, entonces, de presidente en lugar de convocar elecciones? Él dice que porque quiere completar el programa de reformas estructurales, pero creo que la comunicación que ha enviado el Gobierno al Congreso de los Diputados, de cara al Debate sobre el Estado de la Nación, deja entrever las verdaderas intenciones –nada buenas, por cierto– del todavía inquilino de La Moncloa.

En el comunicado del Gobierno, éste habla de su preocupación por la evolución de la economía y del empleo y dice estar dispuesto a escuchar las propuestas de los demás partidos en este sentido. Vamos, que ZP, en lugar de proponer nuevas líneas de reforma, que ya sabemos que no lo va a hacer, lo que pretende es que el PP se retrate marcándole el camino a seguir. Si lo hace, malo porque entonces Zapatero les va a echar encima a los del movimiento 15-M, que para eso Rubalcaba les está dejando campar tranquilamente por sus respetos. Y si no lo hace, entonces Zapatero le va a acusar de todo, poniendo todo tipo de paralelismos entre la actitud de los de Mariano Rajoy y la del principal partido de la oposición de Grecia, cuya falta de colaboración con el Ejecutivo heleno está llevando al país al desastre.

Es más, seguramente, en lo que al saneamiento de las cuentas públicas se refiere, Zapatero va a insistir en que ahora el ajuste le toca hacerlo a las administraciones territoriales, es decir, a unas autonomías, en especial las que han estado gobernadas por los socialistas, cuyas cuentas, según está empezando a percibir el PP, son un agujero negro sin fondo que no va a dejar margen de maniobra alguno a los nuevos gobernantes si no es a través de recortes drásticos en muchas partidas de gasto que no va a gustar tampoco a los del 15-M.

¿Qué se deduce de todo esto? Pues que Zapatero no tiene el menor interés en continuar con la política de reformas. Lo que él quiere ahora es vengarse del PP echándoles encima a los del 15-M y todo lo que pueda tener a su alcance, tratando de dejarles una situación ingobernable si, finalmente, ganan las elecciones generales. ZP, por tanto, quiere marcharse dando un portazo mediante una política de tierra quemada. Lo malo es que todo lo que arda o pueda arder va a ser en perjuicio de España y de los españoles. ¿Es que no hay nadie entre los socialistas, no ya con un mínimo sentido de Estado sino tan solo de la decencia, que le pueda parar los pies?

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