Todo apunta a que la guerra de precios del sector tabaquero ha llegado a su fin. Japan Tobacco International (JTI) ha sido la última en reaccionar ante las nuevas bajadas de precio de sus competidores rebajando 10 céntimos la cajetilla de Camel, una de sus marcas estrella, y situando su precio en 3,60 euros.
La compañía ha decidido no avivar más la lucha por el mercado y mantener el Winston en 3,50 euros, que pasaría a competir directamente con Chesterfield (Philip Morris), Fortuna (Altadis) y Lucky Strike (British American Tobacco).
Esta situación ha llevado a las tabaqueras a una situación límite, ya que venden sus productos en el umbral de su rentabilidad y es insostenible que continúen bajando los precios. Y es que, no solo las grandes industrias hacen balance de las consecuencias del enfrentamiento, otro sector afectado por la "guerra" es el de los estanqueros, que estiman unas pérdidas de 37 millones de euros por la guerra de precios.
La Organización Nacional de Asociaciones de Estanqueros (ONAE) se ha encargado de calcular el coste que les está suponiendo este tipo de movimientos, y la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España lo confirma e, incluso, lo eleva: de los cerca de 14.000 estancos que hay en España, cada uno habrá perdido en la batalla del tabaco una media 3.000 euros. El motivo es que los estancos se han visto obligados a asumir el coste de las modificaciones del precio de los productos que guardan en sus almacenes y que compraron tan sólo días antes de las rebajas a un precio más elevado.
Las tabaqueras no ponen al corriente al estanquero sobre cuándo prevén realizar alguna modificación en el precio, y éstos tienen que informarse de los cambios a través del Boletín Oficial del Estado (BOE). Muchas veces hay rumores sobre las intenciones de las compañías, pero no siempre son ciertos.
El margen del estanquero se sitúa actualmente en el 8,5% del precio de venta al público. Aún así, hay que tener en cuenta que el estanquero no siempre sale perjudicado por las actuaciones de las multinacionales, ya que cuando compra la mercancía al precio de mercado y después la tabaquera decide aumentar su coste el estanquero aumenta su margen de beneficios.
Pero en este caso es cierto que los cambios en el precio del tabaco de este último mes han sido vertiginosos (con bajadas de hasta 50 céntimos) y que han producido un profundo malestar en todos los agentes del mercado (excepto en el bolsillo de los fumadores), muy poco acostumbrados a actuar en el marco de la libre competencia.
El presidente de la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España, Mario Espejo Aguilar, lo tiene claro. Necesitan una solución urgente, según declara a Libre Mercado. Exige al Ministerio de Economía y Hacienda que les conceda un complemento temporal de medio punto en la comisión que obtienen por cajetilla "para paliar los efectos e la guerra", lo que situaría su margen de beneficios en el 9%.
Esta petición ya fue concedida en la guerra de precios de 2006, cuando los estanqueros también sufrieron pérdidas cuantiosas. En ese caso, el Gobierno aumentó el porcentaje de sus comisiones en un 0,25% por seis meses para compensar la bajada histórica que registró por entonces el tabaco.
ONAE va más allá y se plantea incluso pedir una indemnización a las tabaqueras por los perjuicios económicos ocasionados. En un comunicado, la organización ha instado a sus miembros a tomar todas las medidas que sean necesarias para luchar contra las grandes compañías.
"De esta manera, y puesto que las tabaqueras están dispuestas a perder dinero en su absurda guerra y el Gobierno no parece tener prisa en reaccionar, pues ayudémosles a ambos a que pierdan las mayor cantidad de dinero lo más rápidamente que podamos. Así (huelga a la japonesa) conseguimos que cuando suban los precios podamos recuperar algo de lo que nos están haciendo perder ahora y al distribuidor le aceptamos todos los pedidos que le hagamos".
Esta organización recomienda a los estanqueros que compren toda la cantidad de tabaco que puedan para que cuando el precio del tabaco vuelva a subir sean ellos los que salgan ganando. "Devolvamos el golpe y démosles donde más les duele, en la cuenta de resultados", declaran.
Uno de los motivos que ha justificado esta batalla de precios ha sido la intención de las tabaqueras de presionar al Gobierno para subir el impuesto mínimo a las marcas baratas. "En otras ocasiones, las batallas entre las grandes sí podrían esconder una reivindicación de un impuesto a su competencia, pero ahora creo que se trata de una cuestión estrictamente de competencia", según Espejo.
El contrabando, la principal preocupación
A la inestabilidad de precios, la Unión de Estanqueros le suma las nuevas subidas de impuestos, un repunte alarmante del contrabando, la caída de ventas y el traslado por parte de los fumadores a versiones más baratas, como el tabaco de liar o la picadura de pipa (ni siquiera la parafernalia que los acompaña, como filtros o papel de liar, cubre las pérdidas de los estanqueros a raíz de estos nuevos hábitos de consumo).
De todos estos problemas, el contrabando es la situación que más preocupa a los estanqueros. Una práctica de escasa incidencia en España hasta 2010 y que, actualmente, se ha convertido en una de las principales amenazas para el gremio, que estima unas pérdidas de 66 millones de euros desde 2010, siendo las zonas más afectadas Andalucía, Lleida y las provincias fronterizas con Portugal.
"La mayor parte de los cigarrillos son imitaciones procedentes de China, y últimamente son muy buenas imitaciones", asegura. "La cajetilla es prácticamente idéntica, pero el sabor no tiene nada que ver".
Los estanqueros son conscientes de la dificultad que existe a la hora de calcular el número de cigarrillos ilegales que hay en circulación, ya que la única cifra oficial que se conoce es la mercancía descubierta por los servicios de Aduanas. Fuentes del sector aseguran que la cuantía real de tabaco de contrabando es 10 veces superior a las incautaciones. "Se están realizando encuestas en la calle donde le piden a los fumadores que muestren su cajetillas y los resultados confirman las estimaciones de la industria", añade Espejo.