Aprobar la dación en pago podría encarecer las hipotecas hasta 150 euros mensuales. Ésta es la principal conclusión de un estudio de la consultora Oliver Wyman que recoge este viernes Expansión. De esta manera, un cambio normativo que se ha puesto de moda en los últimos meses, en realidad podría perjudicar a los que dice defender: los consumidores.
Desde Esperanza Aguirre hasta los acampados en Sol han pedido que el Gobierno cambie la actual ley bancaria para incorporar la dación en pago en los contratos hipotecarios. Eso sí, no todas las propuestas han sido iguales: la presidenta de la Comunidad de Madrid promueve que esta opción sea sólo una posibilidad (no una obligación) y que sólo se aplique a los contratos que se firmen desde ahora, sin efectos retroactivos. Sin embargo, son bastantes los columnistas y políticos que se han unido a los manifestantes que exigen que se admita la dación en pago.
Hasta ahora, los que tienen una hipoteca responden con todos sus bienes del préstamo recibido. Esto quiere decir que no es suficiente con entregar la casa, sino que hay que pagar la cantidad restante (por ejemplo, si se deben 300.000 euros al banco y la casa se adjudica en subasta por 200.000, se mantiene una deuda de 100.000 que hay que pagar). En EEUU, las hipotecas se saldan con la entrega de las llaves.
Evidentemente, la aprobación de una norma así beneficiaría a aquellos que no quieren seguir pagando su hipoteca. Podrían terminar su relación con el banco con el simple trámite de entregar las llaves. Sin embargo, traería consecuencias para todo el sistema. Para empezar, incrementaría la mora bancaria. Según este estudio este ratio podría alcanzar el 8% el primer año y mantenerse en el 5 y el 6% en los siguientes.
Por otro lado, encarecería las nuevas hipotecas. A partir de ese momento, para el banco sería más arriesgado conceder un préstamo de este estilo, por lo que incrementaría el interés a sus clientes. Este aumento podría llevar a un encarecimiento de entre 60 y 150 euros al mes. Además, sería mucho más complicado conseguir una hipoteca, porque los bancos endurecerían los criterios de concesión.