En los periodos de tiempo que le deja su trabajo de limpieza, fijación y esplendor del valenciano, la Academia Valenciana de la Lengua se dedica también a repartir subvenciones, naturalmente por cuenta de la Generalidad Valenciana y con cargo al dinero que previamente ha sido recaudado friendo a impuestos a los ciudadanos levantinos.
Las formas de esquilmar las arcas públicas para financiar asuntos que a nadie preocupan son muy variadas, como recogemos en esta sección a diario, pero lo del Ejecutivo de Camps con el valenciano supera con creces incluso a los sarpullidos nacionalistas de su correligionario gallego Núñez Feijóo.
Sólo hay que ver las subvenciones que la "Acadèmia Valenciana de la Llengua" ("Academia Valenciana de la Lengua" para los que no entienden el valenciano) acaba de repartir al objeto de promocionar y difundir esa lengua regional y, sobre todo, el ámbito en el que van a desarrollarse esos programas de promoción, porque ya no se trata solamente de normalizar lingüísticamente a los residentes en Castellón, Valencia o Alicante, sino también a los argentinos, o al menos los que se dejen.
La explicación es que a estas subvenciones han concurrido las sociedades valencianas esparcidas por el extranjero, con el compromiso de que además de difundir las bondades gastronómicas de la paella o la espectacularidad de las Fallas, promuevan también el uso de la lengua valenciana en sus respectivos ámbitos.
Seis casas valencianas en Argentina se van a llevar sendas subvenciones para extender el uso del valenciano en Mendoza, Córdoba, Rosario o Buenos Aires, que por el norte recibirán el apoyo inestimable de otra casa regional, en este caso en Brasil.
El nombre de la institución valenciano-brasileira que ha trincado la pasta no tiene desperdicio: Centre Valencià La Senyera de Sao Paulo. Ahí queda eso.