En contra de lo que pudiera pensarse, la "ayuda exterior al desarrollo", a cuyo mantenimiento el gobierno dedica tantos esfuerzos presupuestarios, no consiste solamente en transferir dinero a los gobiernos e instituciones de los países que lo necesitan. Eso sería demasiado fácil.
Lo que hace Zapatero es entregar el dinero a unas entidades intermediarias, llamadas eufemísticamente "Organizaciones No Gubernamentales", para que a su vez lo inviertan en los programas aprobados por el ministerio de Exteriores una vez descontados los honorarios de sus responsables y el resto de gastos de gestión.
En la convocatoria abierta actualmente por el departamento de Trinidad Jiménez se van a repartir nada menos que 43,7 millones de euros, dineral que va a ser destinado a los fines más diversos, desde programas de ayuda humanitaria a víctimas de catástrofes o habitantes de zonas especialmente castigadas por la pobreza, a la exportación de ideología pura y dura con la financiación de congresos, seminarios y todo tipo de publicaciones sobre las cuestiones incluidas en la agenda política de la izquierda.
Precisamente el apartado destinado a programas de "Educación para el Desarrollo" repartirá en subvenciones algo más de tres millones de euros, que servirán para promover asuntos como el comercio justo o la abolición de la pena de muerte.
Pero el objetivo más bizarro para el que se pueden solicitar estas subvenciones es, sin duda, el dedicado expresamente al "apoyo a procesos de calidad de las ONGD", que consiste en que también damos subvenciones a las organizaciones no gubernamentales para que realicen estudios internos con el fin de mejorar su eficacia y, de paso, garanticen su existencia a medio plazo para seguir trincando subvenciones. A este apartado destinaremos todos los españoles un millón de euros.
El plazo para presentar las solicitudes de subvención expira el próximo 20 de junio. Mucha suerte a todos los participantes.