Las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo han supuesto un batacazo histórico para el PSOE, tanto a nivel político como económico. Bien en solitario bien en coalición con otros partidos, el PP pasará a gobernar en cinco comunidades autónomas que, hasta ahora, eran gestionadas por los socialistas o por coaliciones que el PSOE lideraba.
Este cambio de manos se producirá en Cantabria, Asturias, Aragón, Baleares y Castilla-La Mancha. Y con él, el PSOE perderá un suculento pastel presupuestario, algo superior a los 24.000 millones de euros, según los Presupuestos aprobados por estas autonomías en 2011.
Además, tras la noche electoral queda la incógnita de Canarias, una región en la que el PP era el socio minoritario de una coalición que se rompió hace unos meses y en la que el panorama de pactos es complejo, aunque lo más probable es que CC siga en el poder pero en esta ocasión se apoye en un PSOE que tendría escasa capacidad de decisión.
La larga debacle autonómica
Éste es el efecto inmediato que se deriva de la histórica derrota electoral del Partido Socialista obtenida este domingo a nivel regional. Sin embargo, la pérdida es aún mayor si se amplía un poco más la perspectiva.
Así, desde 2008, año en el que comienza la segunda legislatura de Zapatero y en que el Gobierno admite oficialmente el inicio de la crisis económica, todas las regiones han celebrado elecciones autonómicas y tras ellas el mapa político poco tiene ya que ver con el que había en España hace sólo tres años.
Entonces, el PSOE gobernaba, de forma directa o indirecta (pactos con otros partidos), en un total de 9 comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura y Galicia.
Los socialistas y sus aliados gestionaban el 51,7% del PIB regional total, y unos presupuestos autonómicos por valor de 101.768 millones de euros -casi el 59% del total regional-, según las cuentas públicas depositadas en el Ministerio de Economía.
Por el contrario, los gobiernos del PP se circunscribían a seis regiones: Canarias, Castilla y León, Valencia, Madrid, Murcia, La Rioja, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. El peso de estos territorios apenas alcanzaba el 40,1% del PIB regional. Los presupuestos públicos de tales regiones ascendían a 57.597 millones de euros (el 33,2% del total).
Así pues, el PSOE gestionaba casi el doble de dinero público a nivel regional que el PP en 2008, pudiendo además gobernar sobre 10 puntos porcentuales más del PIB autonómico.
Pero la crisis y, sobre todo, la mala gestión desempeñada por el PSOE les han supuesto un duro castigo electoral en las urnas. Tras las distintas elecciones autonómicas celebradas desde 2008, el PSOE ha pasado de gestionar 9 autonomías a tan sólo 3: Andalucía, Extremadura y País Vasco.
Estas tres regiones tan sólo suman el 21,5% del PIB regional -menos de la mitad respecto a 2008- , mientras que la suma de sus Presupuestos asciende a 47.439 millones de euros (una brutal caída del -46,6% respecto a hace tres años), apenas el 26% del total autonómico.
Y lo que es peor, lo más probable es que también pierda Andalucía -que representa el más del 13% del PIB regional- en un plazo máximo de nueve meses, lo que significaría perder la gestión de otros 31.000 millones, con lo que pasaría de gestionar más de 100.000 millones en 2008 a apenas unos 15.000 en 2012.
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Ascenso contante y sonante del PP
La debacle del PSOE ha significado también un importante ascenso electoral del PP ya que, además de mantener sus feudos tradicionales, conquista algunas de las plazas históricas de los socialistas, como Castilla-La Mancha o Asturias.
De este modo, a falta de que se consoliden algunos pactos de gobierno, los populares gestionarán en solitario o en coalición un total de 13 regiones: Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Valencia, Galicia, Madrid, Murcia, La Rioja, Ceuta y Melilla.
Todas ellas suman el 54,1% del PIB regional -13 puntos porcentuales más del que estaba en manos populares en 2008-, y sus presupuestos para 2011 ascienden a un total de 83.479 millones de euros, un 45% más de lo que gestionaba hace tres años. La nueva situación significa también que los populares tienen poder sobre el 46% del total los presupuestos regionales en 2011.
En resumen, el PSOE no sólo ha perdido una gran influencia política sino que también se ha dejado, y esto es casi más importante, un tremendo poder económico: gestionará casi 30 puntos porcentuales del PIB regional menos respecto a 2008 y casi 54.000 millones de euros menos de dinero público; el PP, por el contrario, gobernará sobre más de la mitad del PIB autonómico y pasará a gestionar 26.000 millones de euros más a nivel presupuestario respecto a 2008.