El sector exterior español está tirando de la economía española, aunque todavía no con la suficiente fuerza como para hacer que salga de la crisis con el impulso necesario. En términos intertrimestrales, el PIB creció un 0,3%, una décima más que en el trimestre precedente, mientras que esta tasa llegaba al 0,8% si se compara con el mismo período de 2010.
Las claves de la contabilidad nacional, que este miércoles ha presentado el INE, muestran una demanda interna anémica, especialmente en lo que hace referencia al sector privado. En el lado positivo, están las exportaciones, que se recuperan al calor del crecimiento de algunos de los principales clientes de las empresas españolas (Francia y Alemania, especialmente). Por otro lado, las administraciones siguen a lo suyo. Después de unos varios trimestres de ligera moderación, los políticos han vuelto a incrementar el gasto público.
Con el dato conocido este miércoles, el PIB registra ya tres trimestres seguidos con crecimiento positivo en tasa interanual, tras el estancamiento del segundo trimestre del pasado año y el descenso del 1,4% del primer trimestre de 2010. Los datos de crecimiento anual y trimestral coinciden con los publicados en la estimación avance de la Contabilidad Nacional Trimestral el pasado 13 de mayo y mejoran en una décima, tanto en la variación intertrimestral como en la interanual, a los estimados por el Banco de España.
Exportaciones: la buena noticia
La demanda externa aumentó dos décimas su aportación al crecimiento, del 1,2 a 1,4 puntos, debido a la aceleración significativa de las exportaciones, acompañada de una ligera moderación de las importaciones. Esta es una buena noticia por dos cuestiones. En primer lugar, hay que destacar que durante la etapa de crecimiento el sector exterior fue una rémora para la economía española. Se compraba al exterior mucho más de lo que se vendía, una dinámica favorecida por las facilidades del crédito.
Sin embargo, ahora la tortilla parece que se está dando la vuelta y las empresas españolas están incrementando sus ventas al exterior, ayudadas por una ligera bajada en sus costes y por el crecimiento del resto de la UE, especialmente de Francia y Alemania, los dos mayores clientes de España.
En concreto, las exportaciones de bienes y servicios expandieron su crecimiento, del 10,5% al 11,2%, completamente en línea con la evolución de la demanda nacional de los países a los que se destinan estas exportaciones, fundamentalmente, de la Unión Europea. Por su parte, las importaciones de bienes y servicios moderaron ligeramente su crecimiento, al pasar del 5,3% al 5,2%.
La demanda interna sigue sin mejorar
La aportación negativa de la demanda nacional al PIB se mantuvo idéntica a la del trimestre precedente (-0,6 puntos). En este apartado, el gasto en consumo final de los hogares atenuó su crecimiento, la inversión redujo unas décimas su contracción y, finalmente, el gasto de las administraciones públicas repuntó a tasas positivas, hecho que no se producía desde el cuatro trimestre de 2009.
Consumo de los hogares: En concreto, el gasto en consumo final de los hogares moderó su crecimiento interanual en el primer trimestre, desde el 1,7% hasta el 0,7%. Analizando los distintos componentes, el consumo de bienes mostró un ritmo más desacelerado, especialmente en el caso de los bienes duraderos, mientras que el gasto en consumo de servicios mantuvo una evolución estable en tasas de crecimiento positivas.
Remuneraciones: Además, la remuneración de los asalariados, principal recurso de las familias para afrontar su consumo, se redujo ligeramente en este trimestre (-0,2%), por lo que la incidencia de estos dos hechos en el ahorro de las familias es negativa.
Turismo: Atendiendo al gasto realizado en el territorio económico, la desaceleración registrada por el consumo es menor (del 1,8% al 1%), hecho que se produce como consecuencia del aumento de la actividad turística, que se tradujo en un incremento del gasto de los no residentes.
Administraciones públicas: Por su parte, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas repuntó en el primer trimestre desde el -0,9% hasta el 1,1% interanual. Este comportamiento se observa tanto en la evolución de la remuneración de los asalariados de las Administraciones Públicas como, especialmente, en la de sus consumos intermedios.
Más de 240.000 empleos destruidos
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, estabilizó su variación interanual en el -1,4%, lo que supone una reducción neta de más de 240.000 empleos en un año.
Construcción: La mayor contracción de la ocupación en el primer trimestre se dio en la construcción, que registró un descenso interanual del 8,7%, aunque este dato fue mejor que el del cuatro trimestre de 2010 (-11%). A continuación se situaron las ramas industriales y energéticas (-2,1%) y las ramas agraria y pesquera (-1,4%).
Productividad: La productividad aparente por puesto de trabajo equivalente aumentó dos décimas, desde el 2% hasta el 2,2%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada se redujo en más de un punto y medio, desde el 2,2% al 0,5%.
Remuneraciones: Por último, la remuneración de los asalariados redujo un punto y medio su contracción, desde el -1,7% hasta el 0,2%, como consecuencia de la virtual estabilización en la caída del número de asalariados (-1,2%) y del repunte de la remuneración media (del -0,4% al 1%).