Los ministros de Economía de la eurozona han elegido este lunes por unanimidad al actual gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, como nuevo presidente del Banco Central (BCE) para sustituir a Jean-Claude Trichet cuando expire su mandato el 31 de octubre de 2011, según ha informado el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
El nombramiento formal de Draghi se realizará en la cumbre de líderes europeos que se celebra el 23 y 24 de junio tras consultar a la Eurocámara, informa Europa Press.
"Mario Draghi será el nuevo presidente del Banco Central. Es un hombre que no sólo goza de una reputación excelente a nivel europeo e internacional sino que se trata de un banquero central que ha sabido demostrar en su trayectoria que está muy ligado al euro, a la unió económica y monetaria, a la UE y su construcción", ha destacado Juncker.
"Es un nombre que reúne todos los rasgos que son necesarios para poder ser el digno sucesor de Jean-Claude Trichet, que ha sido un eminente presidente del Banco Central", ha señalado el presidente del Eurogrupo. Según ha dicho, en su nombramiento se han tenido en cuenta únicamente sus "capacidades profesionales", tal y como exige el Tratado.
Desde la retirada en febrero del candidato alemán, el expresidente del Bundesbank Axel Weber, por su discrepancia con el programa de compra de deuda del BCE, Draghi ha sido considerado de forma casi unánime en toda la UE como el aspirante favorito por su preparación y experiencia.
Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, ha buscado hasta el último momento alternativas ante el temor de que sus votantes no aceptaran a un candidato procedente de Italia, país considerado allí inflacionista, al frente de la autoridad monetaria europea.
De hecho, Berlín apoyó el año pasado el nombramiento del portugués Vítor Constancio como vicepresidente del BCE para garantizarse la presidencia de la institución. De acuerdo con las tradiciones de la UE sobre equilibrios geográficos, ello aseguraría la elección de un candidato del norte halcón en el combate contra las subidas de precios, como quiere Alemania.
Pero el presidente francés, Nicolas Sarkozy, decantó la elección al apoyar por primera vez públicamente a Draghi el pasado 26 de abril, después de que el italiano diera una serie de entrevistas en diversos medios europeos exhibiendo sus credenciales antiinflacionistas. Merkel cedió y dijo el pasado 11 de mayo que respaldará al italiano por considerarlo "muy cercano a nuestras ideas de estabilidad y solidez de la política económica".
El nombramiento de Draghi significa que el miembro italiano del comité ejecutivo del BCE, Lorenzo Bini Smaghi, deberá abandonar su puesto. Sarkozy ya ha dicho que espera que le sustituya un francés.
Además de gobernador del Banco de Italia desde 2006, Draghi, de 63 años, es el presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, el órgano al que el G-20 ha encargado la elaboración de un nuevo marco financiero para evitar futuras crisis.
Entre 2002 y 2006 fue vicepresidente para Europa de Goldman Sachs, el banco de inversión que ayudó a Grecia a maquillar sus cifras de déficit y deuda. Tanto la entidad como Draghi han negado que estuviera al tanto de estas operaciones.
Entre 1991 y 2001, fue director general del Tesoro italiano y presidente del comité de privatizaciones, cargo en el que se mantuvo con 10 Gobiernos diferentes. Se considera que durante esta etapa jugó un papel clave en la entrada de Roma en el euro.