Por supuesto, el préstamo hipotecario sería más caro y con tipos de interés más altos, pero eso también es bueno porque al limitar la capacidad de endeudamiento de las familias provocaría la caída del precio de la vivienda.
Emilio J. González
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berdonio dijo el día 15 de Mayo de 2011 a las 20:44:
¿Y qué tal si dejamos de interferir en el mercado? ¿Y si para variar dejamos en paz a la gente y nos metemos las pezuñas políticas en el ojete?
Qué bonito, ahora una política hipotecaria para abaratar la vivienda. Córcholis, y si se prohibiera el crédito ¿no se abaratarían todavía más? Recórcholis, y si se prohibiera a la mitad de la población comprar casas, ¿no se abaratarían muchísimo más aun? ¿Cuánto queremos que se abaraten para favorecer a quién y a costa de quién? ¿Por qué el gobierno no nos declara a todos menores de edad de una vez y toma sabias decisiones por nosotros para que no volvamos a meter la pata?
Los males de la intervención que auspicia artificiales expansiones del crédito no se remedian con intervenciones que lo restrinjan también contra natura; eso es como engullir un bote de píldoras depresoras para compensar el bote de estimulantes que hemos tomado primero. De locos.
Señores políticos y palmeros, déjennos en paz de una puñetera vez. Banqueros y clientes deberíamos saber qué es lo que nos conviene en un marco de normas generales y abstractas, es decir, sin privilegios, y el que se equivoque que se fastidie; o bien que se nos dé la opción de declararnos estúpidos y tutelables por el gobierno o libres y aventureros. Pero sin coacciones ni generalizaciones previas. Lo único que sobran son las políticas –hipotecarias o del tipo que sean- y las injerencias de quienes no entienden casi nada pero pretenden controlar la vida de los demás en base a conjeturas pueriles.
¿Y qué tal si dejamos de interferir en el mercado? ¿Y si para variar dejamos en paz a la gente y nos metemos las pezuñas políticas en el ojete?
Qué bonito, ahora una política hipotecaria para abaratar la vivienda. Córcholis, y si se prohibiera el crédito ¿no se abaratarían todavía más? Recórcholis, y si se prohibiera a la mitad de la población comprar casas, ¿no se abaratarían muchísimo más aun? ¿Cuánto queremos que se abaraten para favorecer a quién y a costa de quién? ¿Por qué el gobierno no nos declara a todos menores de edad de una vez y toma sabias decisiones por nosotros para que no volvamos a meter la pata?
Los males de la intervención que auspicia artificiales expansiones del crédito no se remedian con intervenciones que lo restrinjan también contra natura; eso es como engullir un bote de píldoras depresoras para compensar el bote de estimulantes que hemos tomado primero. De locos.
Señores políticos y palmeros, déjennos en paz de una puñetera vez. Banqueros y clientes deberíamos saber qué es lo que nos conviene en un marco de normas generales y abstractas, es decir, sin privilegios, y el que se equivoque que se fastidie; o bien que se nos dé la opción de declararnos estúpidos y tutelables por el gobierno o libres y aventureros. Pero sin coacciones ni generalizaciones previas. Lo único que sobran son las políticas –hipotecarias o del tipo que sean- y las injerencias de quienes no entienden casi nada pero pretenden controlar la vida de los demás en base a conjeturas pueriles.