Según informaron a Efe fuentes financieras, el plazo de vencimiento de los bonos respaldados vendrá determinado por el interés de los inversores y la rentabilidad que se exija en los mercados secundarios.
En cualquier caso, apuntan que probablemente se opte por una emisión de hasta 10 años para hacer más atractiva la inversión y teniendo en cuenta que la desconfianza sobre las economías de los países periféricos incrementa especialmente la rentabilidad de la deuda a menor plazo.
El jueves pasado, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, adelantó que la próxima semana habría otra emisión de 2.000 millones del déficit de tarifa, con la que el Estado podrá tener colocados ya hasta 8.000 millones. En lo que va de año se han realizado ya tres emisiones, de 2.000 millones de euros cada una, con vencimientos a 3, 4 y 10 años respectivamente, y con rentabilidades del 4,8 %, el 5 % y el 5,9 %.
La deuda emitida por el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE) está respaldada por los derechos de las eléctricas a cobrar el déficit de tarifa, que se produce cuando los ingresos a través del recibo de la luz son insuficientes para cubrir los costes del sistema. La venta a inversores de este tipo de deuda forma parte de un programa en el que se pueden emitir hasta 22.000 millones.